24: De aquí para allá (The Motherland #4)

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De acuerdo bueno al fin puedo continuar, desperté con la extraña sensación de que estaba cayendo, pero como era posible venía dentro de una maleta, a ya la maleta se estaba callendo, eso fue lo que me despertó, en ese momento escucho un grito

—¡ESPEREN AHÍ ESTÁ LEONARD!

Y ahí deje de sentir que me está cayendo, pero sentí unos muy bruscos movimientos, que provocaron la apertura de la maleta dónde me encontraba, así cayendo encima de Elsa, estaba hecho bolita así que cualquier cosa vergonzosa que hubiera podido pasar pues no pasó, entonces

Elsa—¡¿He?! Una pelota

En ese momento me desenrosco

Elsa—O es Leonard

Todas se me quedaron mirando sorprendidas y bueno no paso nada extraordinario después de eso, estuve al cuidado de Bobby JR todo el rato, hasta que tuve la genial idea de ir por mi cuenta por el hotel, a si preguntan por dónde me Hiba a caer era por un acantilado justo debajo de un balcón, así que si, pude haber muerto, como dije me fui por ahí sin saber muy bien por dónde ir hasta que escuche un

—Psssss Leonard

Voltè para ver quién era, y era Ebone

Ebone—Ven

Con la mano haciendo señas para seguirla, de repente me da un horrible escalofrío, recuerde todo lo que me hicieron pasar, los engaños, las trampas, las mentiras y solo me puse a correr como animal, pero mi instinto dijo que frenará justo antes de pasar por enfrente de una puerta, lo próximo que observé fue ver a Gahiji y a Felicia pelear, más o menos las dos atravesaron la puerta en pleno conflicto, termine en medio de las dos, esquivando e intentando salir de esa enorme marea de Estrógenos combinados con una brutal cantidad de testosterona, o resumiendo, una pelea de dos mujeres que eran más masculinas que yo, hasta que en un punto de todo eso parecía que habían dejado de pelear entre ellas, más bien parecían que solo se golpeaban por no poder darle a su objetivo, el cual adivinen que, era yo, así estubieron, hasta que se detuvo la maldita marea de puñetazos mal dados, logrando escabullirme, seguí corriendo, me encontré o más bien aviste a las tres chicas que trataron de alcanzarme en la tramoya en el teatro, Minerva, Elsa y Bennu, estaban discutiendo de algo bastante interesante, de chicos, si piensas algo más estereotípico que las mujeres amando el color rosa es que hablan de chicos de ... Ya saben 'este me pareció lindo, este me pareció guapo, tal vez si hago esto llamaré su atención' etcétera etcétera etcétera, pues si hablaban de chicos, pero con un odió fervor, parecían odiarlos a muerte, eso me hizo entender en su momento que no me querían ahí, escuché un par de nombres, pero ninguno era mío no me alivio en lo mínimo pero fue interesante, seguí intentando escapar o huir, ambas valían para mí, después en un momento llegaron dos de las chicas, Ife y Siti, las ví entrar por la puerta principal del lugar, parecía que ambas habían ido a esquiar, curiosamente las dos usaban trajes morados obviamente, las dos estaban cubiertas de nieve con sus tablas y sus respectivos bastones para esquiar los cuales estoy seguro de que no se llaman así, mientras que Siti no dejaba de quejarse de un par de chicos que las estubieron molestando, y no hubo más cosas a destacar, claro excepto la manera tan dócil en la que se comportaba Ife, fue intrigante, Maribel, Annipe, Chione y Oni me las encontré mientras llevaban comida para algún lugar, aún que Oni no llevaba absolutamente nada, mientras que las demás si llevaban algo, en menor o mayor medida, mientras hablaban de una competencia llamada la Espartaquiada, básicamente los juegos olímpicos, pero comunistas, me pasaron de largo hasta que Oni, que no llevaba nada, solo estaba usando su teléfono mientras seguía a las demás me vio de reojo, después volteo a verme, frunció el seño y me enseñó el dedo de enmedio, después se fue con las otras, seguí recorriendo todo el lugar, hasta que me dió por salir afuera, mala idea, estaba nevando, eso o solo había un montón de nieve, por lo que se era una montaña para esquiar, así estuve hasta que me dió hambre, fue inevitable buscar comida, encontré un poco en una habitación donde de repente aparecieron otras tres chicas, Sekhet, Anat y Subirá, pero nunca bajara jajaja Jajaja JAJAJAJAJA, las tres hablaban pacíficamente, exepto Sekhet, que no dejaba de quejarse de Felicia

Tercera generación LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora