Cuatro

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Días después del encuentro con Ojos Grandes, Copter sigue renuente a preguntarle su nombre a quien le ha apodado "Ratoncito" e incluso se niega a contarle a su mejor amigo, Ohm, quien camina en calma a su lado, rumbo a la parada del autobús

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Días después del encuentro con Ojos Grandes, Copter sigue renuente a preguntarle su nombre a quien le ha apodado "Ratoncito" e incluso se niega a contarle a su mejor amigo, Ohm, quien camina en calma a su lado, rumbo a la parada del autobús.

—Copter, debemos irnos. —Off le quita de la frente un mechón de cabello— ¿Llamaste ya a Paris?

—Viejo déjalo ya... —Ohm se acomoda la mochila y observa con seriedad a su hermano—. No lo estreses más.

—Cuídate, pequeño. —Off le regala una sonrisa triste a Copter, antes de ponerse de pie y caminar junto a su hermano por el otro lado de la acera.

Copter, de pie bajo el toldo del asiento en la parada del autobús, aprieta su suéter entre sus dedos. El estómago se le siente en un nudo y hay una horrible sensación en su pecho desde que Paris le envió un mensaje tan seco como aterrador: Tenemos que hablar.

En la cabecita de Copter, hay miles de posibilidades una peor que la otra, círculos de recuerdos tóxicos y repetitivos en los que es dejado por sus novios, olvidado y hecho a un lado por alguien que el mismo considera —y asegura— es mejor.

Suspira con los labios temblorosos y marca el número de su todavía novio, apenas pudiendo articular un "Dime que sucede" entre temblores, mordiéndose las uñas.

—Copter, lo nuestro... Ya no funciona. Conocí a alguien más. —Paris suspira, del otro lado de la línea.

Exactamente no sabe cuándo, comenzó a llover y Copter se quedó ahí de pie, con el teléfono en el oído escuchando el alargado pitido del final de la llamada.

🍥     🍪     🍩

Moquiento, triste y resfriado, Copter arrastra su humanidad por los pasillos de la Universidad, usando el suéter más calentito y suave de su armario, pijama debajo y un pantalón de mezclilla holgado. Pasó toda la noche en vela viendo películas románticas dónde la protagonista se queda y casa con el guapo co-estelar, maldiciendo sus cuerpos delgados entre cada cucharada de helado que se metía a la boca y pañuelo que usaba, respectivamente, así que ha drenado el suficiente dolor post Paris como para presentarse a clases.

No sabe que le duele más, si haber sido dejado por teléfono o enterarse en Facebook que quien ocupa su lugar en el corazón de Paris es nada más y nada menos que su instructora de Gimnasio.

No sabe, pero ya lo desquitó con helado y depresión.

Cuando llega a la cafetería, Ohm está esperando por él cómo prometió, pero parece estar buscando a alguien.

—Copter ¿Nos vemos en clase? —Fluke lo saluda con un suave toque en el hombro, se ve agitado y nervioso.

—¿Uh? Ah, sí... —Copter asiente—. Nos vemos— se despide con una mano y sigue su trayecto, hasta donde su amigo espera— Ohm... —pero tan pronto pronuncia su nombre, detrás, la voz se le quiebra en mil pedazos. Ohm reacciona a la defensiva y con el libro entre sus brazos, golpea a Copter por el hombro— ¡Oye!

—¡Discúlpeme! —Ohm se sostiene el pecho con una mano y la otra trata de sostener a la persona que golpeó, avergonzado— ¡Ay, eres tú, menso! Casi me matas del susto. —A Copter le tiemblan los labios y se humedecen sus ojitos hundidos, mientras respira con dificultad—. Ay, no, Copter... No quise decirte menso, tú... Tú eres muy listo.

—¡PARIS ME DEJÓ POR UNA CHICA! —Copter berrea, sin freno ni vergüenza y se lanza a los brazos de su mejor amigo, consternado en su sitio.

Ohm Abraza Copter, acariciando su cabello, dispuesto a consolar a su amigo.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Caramel macchiato y Glaseado de vainillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora