Día 17 》Celda

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Contexto: Cuenta tu historia

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Izzy barajeaba el juego de cartas que tenían consigo, buscando tener una buena manopla esta vez.

Rufus nunca había puesto un casco dentro de la cárcel, y en otras circunstancias estaría especialmente nervioso por encontrarse en el ojo del Sheriff de la bahía, pero tal vez haber causado su propio encierro junto con Izzy no fue una mala idea en su totalidad.

Recapitulando, Rufus necesitaba una motivación para tener algo fresco en lo que fuera especial, puesto que con las nuevas habilidades mágicas de todos los ponis, dificilmente iba a impresionar a alguien con sus trucos sencillos de magia callejera. Izzy se apareció ante él para ayudarlo a encontrar ese algo, ella lo llamó "segunda oportunidad" y parecía una experta en ello, se veía muy segura cuando le ofreció un puesto cercano al del alguacil (dado que Hitch requería un casco extra en su trabajo desde que Sprout hizo su desastre); pero las cosas no estaban saliendo como él pensaba.

La gota que rompió el vaso fue estar ahí en la estación del Sheriff. Debió pensar mejor las consecuencias que traería tragarse la llave de la pequeña celda que estaba dentro de la comisaría, pensar no era su especialidad y lo veía ya como un problema cuando Hitch se dedicaba a mirarlo con esmero, claramente enojado. Quería sorprenderlo con un truco bajo la manga y lo único que logró fue una advertencia -no dicha de forma explícita, pero sí dada por sentado- de que lo tendrían en la mira por un buen tiempo. Ni siquiera pudo hablarle del puesto como ayudante porque era evidente que él no lo quería como compañero de trabajo.

Rufus era mayor que él, y aun así le parecía bastante intimidante cuando se molestaba, así que solo evitaba chocar miradas con el menor porque el estar ahí, encerrado con él y por su propia culpa, era ya incómodo de por sí. La única que intentaba hacer más ameno el rato en lo que esperaban a que alguien llegara -Zipp en el mejor de los casos- y los sacara con el repuesto de llave, era Izzy.

Hitch se había rendido en intentar abrir la celda y cedió al plan de la unicornio de jugar cartas, pues Rufus no era un escapista tan profesional como decía y no saldrían de ahí hasta que alguien más los ayudara, ¿qué más podían hacer en su espera?

Ya parecía haberse cansado de hundir con los ojos al "mago", a pesar de que no perdía la oportunidad de voltear a verlo de vez en cuando durante sus partidas. El de melena azul estaba muy agradecido de que el entusiasmo de Izzy los acompañara porque de no ser así, el humor del oficial seguiría tan irritable como cuando ingresaron a la cárcel improvisada.

Aquella afirmación le hizo caer en cuenta de algo curioso, el oficial había cambiado su estado de ánimo en cuestión de tiempo por Izzy, ella le regalaba sonrisas que él devolvía tímidamente, cosa que le sorprendió al pony mago. Y no solo eso, sino que ella fue capaz de establecer una conversación entre los 3 que no acabó en conflicto, Hitch estaba menos molesto y más concentrado en escuchar a la unicornio -de él no podía decir lo mismo, sin embargo notó que ya no lo veía con el mismo rencor de horas atrás, estaba más tranquilo- y continuar con su juego.

Si bien Rufus no era un excelente pensador, tenía más años de vida que los otros dos ponis y desde su perspectiva, era obvio que al Sheriff le gustaba Izzy. Sus miradas y el modo en el que sonreía no podían ocultarle nada. Y ese hecho era suficiente para que él cediera a convivir en paz con el otro pony de tierra, solo por ser una petición de la yegua.

Luego de aproximadamente 2 horas, las cosas ya no se sentían tan tensas. El tiempo se pasó más rápido, Izzy se mantuvo sonriente, Hitch cuidaba la puerta con cautela para no demostrarle su desesperación a la pony que tenía a su lado mientras analizaba sus cartas, y Rufus estudiaba desde su lugar el comportamiento de los dos más jóvenes.

Tintes de azúcar | FictoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora