¿Te Quedas Conmigo? [Toph Y Sokka]

Capítulo 3: Tu y yo.

Para su cuarto año de vida, Lin había perdido la mayor parte de su grasa de bebé y ahora era una criatura larga y esbelta con cabello oscuro, ojos verdes brillantes y una personalidad propia. Se había vuelto tan delgada, de hecho, que Sokka había comenzado a llamarla "Huesos".

 Sokka y Bones (Huesos) pasaban mucho tiempo juntos. El representante de la Tribu Agua del Sur en el Consejo de Ciudad República tenía mucho tiempo libre mientras su novia Suki estaba en la Nación del Fuego sirviendo al Señor del Fuego como Guardia Kyoshi. Si bien le molestaba que ella dividiera su tiempo entre la Ciudad y la Nación del Fuego, encontró mucho que hacer con uno de sus amigos más antiguos y campeón de bebidas, Toph Beifong. Especialmente ahora que tenía un hijo. En los días libres, llevaban a Lin al zoológico, al parque o simplemente a jugar con su sobrina y sobrinos  al Templo Aire de la Isla.

Toph amaba los días como estos, Mo los odiaba. De vez en cuando, Mo se despertaba para encontrar una nota escrita a mano sobre la mesa por Sokka:

Llevé a Lin a pasar el día, de vuelta para la cena.

Cuando Mo se quejó de eso con Toph, ella se encogió de hombros y le dijo que debería despertarse más temprano si tanto le importaba.

"Los bebés no duermen hasta tarde", le decía ella, su tono lleno de desaprobación.

Comentarios como este de Toph fueron improvisados ​​y muchos. Era seguro decir que prácticamente habían renunciado a intentar que su relación romántica funcionara. Fue una decisión privada e inconsciente simplemente dejar de esforzarse en algo que en realidad no quería. No hablaron de eso, pero para quienes los conocían era bastante obvio que se habían convertido en simples compañeros de cuarto. Habían tratado de hacer que funcionara una vez, tenían la esperanza de que si fingían gustarse el tiempo suficiente, el verdadero afecto crecería entre ellos. En realidad, había ocurrido lo contrario. Se resentían el uno al otro. Había pasado más de tres años  desde que se habían tocado de manera significativa, aunque continuaron compartiendo la cama hasta una noche hace unos cinco meses.

Las luces estaban apagadas y Mo y Toph yacían en la oscuridad, en silencio. Acababa de llegar a casa, pasada la medianoche y se metió debajo de las mantas junto a la madre de su hijo, con cuidado de no tocarla. Sabía que estaba despierta, aunque fingió estar dormida, el patrón de su respiración la delató. Observó las sombras bailar en el techo durante algún tiempo, reuniendo el coraje para decir lo que había querido decirle durante más de un mes.

"Tengo novia", confesó finalmente en voz baja. Pasó más de un minuto antes de que Toph hiciera algún movimiento para acusar recibo de su declaración.

"¿Se supone que eso me tiene que enojar o algo así?" dijo, rompiendo su silencio. Permaneció de lado, con los ojos cerrados. Casual.

"No lo sé. Sí... tal vez", susurró.

"No la quiero cerca de mi hija", le dijo Toph claramente. Él asintió, convenientemente omitiendo el hecho de que Lin ya había conocido a la nueva mujer en su vida.

"¿Qué significa esto para nosotros?" preguntó después de un largo silencio. Toph se encogió un poco de hombros sin moverse de su posición para dormir, "¿Que deberías dormir en el sofá?"

Sin decir palabra, se puso de pie y agarró una manta del armario y caminó por el pasillo hacia su nueva cama. No era la respuesta que quería. Quería que Toph lo dejara libre, sintiéndose demasiado débil para hacerlo solo. Entonces, continuaron jugando a las casitas. Fingiendo ser una familia en beneficio de su hija que incluso a la edad de cuatro años se dio cuenta de que estaba en medio de una farsa.

Mo no se quedó en el sofá por mucho tiempo, eventualmente se hizo cargo de la pequeña cama doble de Lin llena de lujosos topo tejones. Lin comenzó a compartir la gran cama de la habitación principal con su madre. Al principio lo habían llamado fiesta de pijamas, con la esperanza de que ella estuviera demasiado emocionada como para cuestionar el cambio en los arreglos para dormir. No funcionó.