¿Qué diablos hace Hyunjin aquí? Ese fue el segundo pensamiento que pasó por la cabeza de Jeongin cuando vió al chico que esperaba en la entrada de su instituto.
El primer pensamiento que pasó por su mente fue que no podría verse más increíble que con esa cazadora de cuero y el pelo descuidadamente arreglado, apoyado con despreocupación contra su vieja moto.
— ¿Hyunjin? ¿Qué haces aquí?
El tercer pensamiento fue, que aquella sonrisa ladeada debería ser ilegal.
— Bueno, me han mandado a comprar algunas cosas para la tienda de mis padres y me apetecía venir a verte.
Todas las alarmas se encendieron en la mente de Jeongin, aquello no era un simulacro, Hyunjin quería verle. A él.
Hyunjin se encogió de hombros y fingió despreocupación, cuando la realidad era que no aguantaba ni un segundo más sin estar cerca del chico de hoyuelos en las mejillas.
— ¿Llevas mucho tiempo esperando? —Jeongin frunció el ceño y pensó por un momento— ¿Cómo sabías que este era mi instituto?
Hyunjin sonrió suavemente y le sonrió de lado.— Tú me dijiste dónde estudiabas el otro día, cuando comí en tu casa, y no, llegué hace un cuarto de hora o así. Supuse que las clases no tardarían en acabar.
¿Un cuarto de hora podría considerarse mucho tiempo? Jeongin no estaba seguro, pero el pensar en Hyunjin esperando por él era como una inyección de adrenalina directa a su corazón. La marca de su cuello volvió a hacerse notar, como si quemara, recordándole aquella especie de pesadilla erótica en la que se había sumergido la noche anterior. Sus mejillas ardieron a la par.
— ¿Quieres que vayamos a algún lado? Te invito a comer.
Jeongin mordió su labio para retener inútilmente la enorme sonrisa que quería adueñarse de su rostro.
— Claro.
Hyunjin ni siquiera se molestó en tratar de ocultar su sonrisa de satisfacción.
Se miraron por un instante, en una extraña burbuja de felicidad irracional, hasta que un sonoro y exagerado carraspeo les obligó a volver a la realidad.
— ¿Hola? ¿Nini? ¿No vas a presentarme a tu amigo?
Seungmin miraba aquella escena con interés. Jeongin parecía absorto en aquel chico, lo suficientemente ido como para olvidarse de su existencia.
— ¿Nini? —preguntó Hyunjin con una ceja alzada y una sonrisa burlona.
Las orejas de Jeongin ascendieron varios grados de temperatura.
— Min, él es Hwang Hyunjin. Hyunjin, él es Kim Seungmin, mi mejor amigo —presentó Jeongin, ignorando la diversión del chico.
Seungmin escaneó de arriba a abajo a su nuevo conocido con descaro y, cuando estuvo conforme con su análisis, mostró su particular sonrisa.
— Un placer.
Hyunjin se limitó a asentir con la cabeza. Aquel chico había colocado despreocupadamente una mano en la cintura de Jeongin, y se había ganado un lugar fijo en la Lista de Enemigos Mortales de Hwang Hyunjin.
— Entonces... ¿comerás con él?
Jeongin miró al chico que le esperaba con una suave sonrisa y la mirada chispeante, no perdería el tiempo pensando.
— Sí, lo siento, tendrás que ir solo a casa.
Seungmin sonrió enormemente.— ¡No hay probablemente! Le diré a Honnie que me acompañe.
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── alpha's owner !
Randomhyun + in ⚝ ¿puede un humano entender los sentimientos de un lobo que ha encontrado a su alma gemela? ¿puede una manada aceptar una unión poco convencional? quizá no todo es lo que parece, y el pasado siempre vuelve para mordernos. ⚐ 〞𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰...