LVII

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"Cartas a Eber"
IV

Querido Eber estos días que no has estado, he reflexionado muchas cosas y por ello pude recordar momentos de nuestra historia juntos, uno de ellos es nuestro pasado, recuerdo esos días en los que una temerosa y solitaria mujer esperaba la llegada de un nuevo ser a su vida, tenía tanto miedo y no sabía que hacer, noches y días lloraba esperando obtener un consuelo de alguien, pero nadie venia hacia mí, eso me deprimió, pero me di cuenta de algo, había alguien que estaba conmigo y que en pequeños momentos me hacía sentir tranquila, ese eras tú Eber, tu estabas y no me daba cuenta de que te estabas convirtiendo en una parte de mí, de mi ser, un número incontable de veces que ponía mi mano sobre mi vientre podía sentir la calidez que ambos nos brindamos haciéndonos saber que no estábamos solos, que nos teníamos el uno al otro, en ese momento decidí, que serías el amor de mi vida y el único en ella, porque sin darme cuenta estaba cayendo de nuevo en las manos de un hombre, al que amo y amare el resto de mi existencia.


Atentamente: Mamá

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