¡¡¡Holaaaa!! ¿Que tal?
Estamos llegando al final de Rosas que Duelen. Más allá de este capítulo, solo quedan tres más. ¿Y les gustaría saber qué piensan ustedes de la historia? ¿Y mi traducción?
A los que preguntaron, hay (o había) una segunda parte sí, pero no me gustó la dirección de la trama y hasta que no la reescriba (si es que la voy reescribir) no la publicaré, pero no se preocupen, la primera parte tiene cierre y no es final abierta.
Disfruten ♥
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- Señor Marquina. - Raquel murmuró lentamente. - No tengo miedo. Nunca dejaría que me hicieras daño. Es tu elección, puedes pasar la noche en el sofá, pero si quieres, puedes elegir pasar la noche en mi habitación.
Mantuvieron esa posición, frentes y narices tocándose, murmurando con los labios juntos como si intercambiaran confidencias.
- ¿Por qué insistes en llamarme así?
- Costumbre, creo. - Ella sonrió. - Quizás porque nos aleja un poco, y termina siendo como una barrera en nuestra tensión.
- ¿Me invitas a dormir a tu habitación y tratas de mantener una barrera emocional?
- Tienes razón... Sergio. - Tuvo que esforzarse para hablar. - ¿Y entonces? - Abrió los ojos, alejando su rostro de la de él y tratando de mirarlo a los ojos.
Sergio también abrió los ojos y miró fijamente a los de ella. La tensión sexual que siempre habían tenido, y que para entonces parecía haberse desvanecido, comenzó a reaparecer. Sentir el cálido cuerpo de ella cerca suyo y un deseo casi incontrolable. Y sabía que ella también comenzaba a sentirlo, podía verlo en sus ojos y, aunque era imposible, estaba seguro de que podía oír los latidos acelerados de su corazón. Su cuerpo, involuntariamente, respondiendo a él, igualándose en calor. La suave respiración comenzaba a acelerarse. Era consciente del efecto que tenía sobre ella, y eso también le provocaba sentimientos, sobre todo euforia.
Y cuando empezó a sentir estas sensaciones, también tenía algunos sentimientos que no le gustaban, como sentirse enojado, incluso enfurecido. Era su forma natural de comunicarse, la única forma que conocía. Raquel notó el cambio una vez que vio que su cuerpo se tensaba, y sus ojos duros se oscurecían aún más, atenazados por la tensión.
- Raquel, necesito irme a casa. ¡Ahora! - Su tono salió casi como una orden.
- Sergio, no quise presionarte. Es tarde y...
Sergio empujó, sin fuerza, pero aún empujó la mano de Raquel mientras ella intentaba tocar su brazo.
- Solo abre la puerta y déjame salir de aquí. - Gruñó, claramente tratando de controlarse, su mandíbula tan fuerte que casi no le salía la voz.
...
Sergio estaba nuevamente en ese cómodo sofá, con la pelirroja frente a él. Sus ojos verde suaves se posaron en él, mirándolo astutamente. Ya había hablado sobre los últimos eventos de la noche anterior.
- ¿Y por qué te fuiste?
- Me sentí incómodo.
- ¿Por lo qué dijiste a ella?
- No, por nuestra intimidad. Con cada momento que nuestra intimidad estaba mayor, me sentía más enfadado. Y no podía calmarme, y sentía que la iba a lastimar, gritar, pelear, y no podía controlar mi cuerpo y mi ira.
- ¿Y por qué te enfadaste?
- Yo no sé. Lo único que sabía era que no podía lastimarla. De ninguna forma. - Tomó un respiro profundo. - Si alguna vez le hiciera algo, ella nunca me perdonaría, y yo tampoco. Es solo que cuando estoy cerca de ella, pierdo totalmente el control, y cuando empiezo a actuar impulsivamente, solo puedo ser agresivo.
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Rosas que duelen ✖ Serquel {finalizada}
FanfictionRaquel Murillo es amiga de Rafaela Marquina, y también su abogada matrimonial en el proceso de divorcio de su esposo Sergio Marquina, un hombre amargado que mantiene una relación abusiva. Tras ganar el caso, Raquel se ve cada vez más involucrada por...