Cap 11

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Me he puesto el pijama de James. Sigue oliendo a él y es calentito. Me gusta. 

Me desato el moño y busco un peine. Abro uno de los cajones del armario de James. Encuentro un par de camisetas y calcetines desperdigados. 

Encuentro una peineta rarísima que me sirve, así que la utilizo y me desenredo el pelo.

Bajo al salón y James está comiendo una sopa que ha preparado Cameron. 

Me mira expectante. 

- Me gusta mi pijama. - sonríe James. 

Sé que no se refiere a eso pero hago como si no me he dado cuenta. 

Cameron estaba sentado apartado de James comiendo sopa también. En cuanto me vio se atragantó con la sopa. ¿Qué...? 

Miró despistadamente a otro lado y a otro hasta que dejó la mirada posada en mis pies. 

- Cameron...

Dejó la sopa bruscamente sobre la mesa y se levantó a fregar. Evitando mirarme todo el rato. 

James y yo nos miramos. 

- No preguntes. Yo tampoco lo sé. - hizo un gesto de falta de conocimiento del tema. 

Me acerqué a Cameron. Su espalda era muy ancha y si me pusiera detrás suyo, no me verían. 

- Ca... 

No acabé porque se sobresaltó de tal manera que rompió el vaso que estaba fregando. 

- PARA. - elevó la voz. - DÉJAME. 

- Pero...

- Mily. Déjame. - suavizó un poco su tono. 

Me di la vuelta y James encogió los hombros. 

Cameron estaba enfadado conmigo. 

¿Qué había hecho yo?

No quise cenar. 

Me subí a "mi habitación" y me senté en el borde de la cama a mirar por la ventana. 

Observé los bosques naranjas. 

Los árboles teñidos de colores hermosos. 

El cielo gris con atisbos de luz entre las nubes...

- Kate. - escuché la voz que menos esperaba en este momento. 

¿Ahora quería hablarme?

Me giré y vi a Cameron contra el marco de la puerta. Parecía avergonzado, por una vez en su vida había ocultado su tapadera de duro y me había dejado ver lo que realmente sentía. 

Él es como la luna. A veces está oculto por nubes que no dejan ver con claridad, y cuando no tiene ni una, es precioso. 

- ¿Qué quieres? - le solté, cortante. No podía olvidarme de lo de hace un momento. 

- Lo siento. 

Me quedé paralizada. 

Nunca.Jamás.En.La.Vida. Cameron me había dicho losiento. (en el tiempo que llevaba con el y por lo que me ha contado James)

No dije nada. 

- Es que... no para de imaginarme cosas que no debería. 

Eso puso todos mis sentidos alerta. ¿¿Qué cosas??

Se dio cuenta de mi cara de desconcierto porque añadió. 

- Cosas que llevo queriendo hacer desde que te conozco, pero que serían perjudiciales para nosotros. 

No le acababa de entender del todo pero dije

- ¿Por qué?

- Porque somos de épocas distintas. 

Silencio. 

Tenía razón. Éramos de épocas diferentes. 

- ¿Y qué quieres hacer?

Cameron resopló. 

Sus preciosos ojos centellearon por un momento y su precioso rostro sin ningún tipo de imperfección pude ver, que cogió un poco de rubor que no era habitual en él. 

Se acercó a mi. 

Realmente era guapísimo y me ponía algo nerviosa estar cerca de alguien así.

El pelo le caía por la frente y me dieron ganas de tocárselo.

- Quiero hacer cosas. 

- ¿Qué cosas? 

Se acercó más a mi hasta que noté su respiración en la punta de mi nariz. 

Podía ver sus pecas a la perfección. Era muy muy guapo. 

- ¿Qué...? 

- Las cosas que quiero hacerte... Me estaban impidiendo vivir Mily. 

Me pasó el pelo naranja por detrás de mi oreja y me entró un escalofrío que me recorrió toda la columna. 

- Y... -. Tragué saliva. - ¿Qué cosas quieres hacerme?

Mi pulso se iba acelerando cada vez más. No me podía creer esto. Cameron, el chico frío que odiaba el contacto, confesándome cosas...

- Si te las dijera... Sonaría raro. - musitó, con la respiración algo pesada, igual que yo.

- Prueba.

Se acercó más hasta que las puntas de nuestras narices se chocaron y su respiración me acariciaba la mejilla.

Nos quedamos parados varios instantes hasta que James entró en la habitación. No dijo nada. Se quedó al lado del marco de la puerta, observándonos. Sentí una punzadita extraña en el pecho. 

Había fastidiado el momento. 

Pareció ¿dolido? No sé, pero no se le veía agradado tampoco. 

Cameron carraspeó y la magia del momento se perdió completamente. Estábamos a punto de... no sé exactamente. 

Mi respiración se fue tranquilizando. Cameron salió de la habitación y James le siguió. Me quedé yo sola, sentada en la cama, con una cara que no sabía que expresaba. ¿Espanto? ¿Odio? ¿Asombro? ¿Deseo? 

No lo sabía, pero iba a descubrirlo. 

Había descubierto que sentía algo por Cameron, pero que también sentía algo por James, por eso cuando nos ha visto, me ha dolido un poco, porque por una parte, me hubiera gustado que también hubiese sido él.

¿Tengo serios problemas?

Claro que los tengo. 

¿Los tengo que arreglar?

Obviamente. 

Sol&Luna [CONTINÚA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora