Moon Knight II

Dudas antes de la boda

Prólogo: Antes de casarte con los chicos, las dudas e inseguridades comienzan a invadirte (en este oneshot eres ciega).

JackVicChristian
Para este oneshot si se imaginan un vestido blanco más adelante, puede ser uno más corto que los de novia que generalmente se ven, ya que la boda no va a tomar lugar en una iglesia, si no que en el registro civil y nada más. Espero se me haya entendido, ahora, disfruten 😁

Era el día de su boda.

No querían hacer algo tan escandaloso y grande, simplemente iban a ir al registro civil y firmarían los papeles. Marc sería quien tendría el control ya que así lo habían acordado, y legalmente era él quien saldría en los papeles. Pero Jake y Steven estarían co-conscientes.

Marc estaba terminando de vestirse en la habitación, mientras tú estabas encerrada en el baño, supuestamente también vistiéndote después de darte una ducha.

–Aún no puedo creer que para el final del día, ya vamos a estar casados.–Dijo Steven emocionado desde el espejo junto a Marc, a la vez que él terminaba de abrochar los botones de su camisa.

–Sí les soy sincero, nunca creí que en toda mi puta vida terminaría enculado de una dama, hasta el punto de querer casarme. Pero aquí estoy, enculado y listo para firmar los papeles.–Jake estaba sentado dentro del espejo en el reflejo de una silla que había.

–Lo sé... yo tampoco creí que podría volver a pasar por esto.–Dijo con una sonrisa, poniéndose la chaqueta que iba con su vestimenta.

Se acercó a la puerta del baño y golpeó con suavidad.

–Mi amor, ¿estás lista? ¿Necesitas ayuda con algo?–Se quedó esperando por un par de segundos, pero no hubo respuesta. Así que volvió a hablar.–¿Linda estás bien? ¿Puedo ayudarte con algo?

Una vez más, no recibió respuesta.

–¿Marc, está todo bien?

–Pendejo abre la puerta. No vaya a ser que se nos desmayó o le pasó alguna otra cosa.

–Bonita voy a entrar.–Dijo al preocupado, abriendo la puerta.

Cuando entró, te encontró sentada sobre la tapa del inodoro, ya con tu vestido/traje blanco puesto, mientras tenías la cabeza agachada y jugabas con tus manos.

–¿Mi amor, pasa algo?–Se acercó y se arrodilló ante ti, tomando ambas de tus manos en las suyas.

–¡Marc! N-no, no pasa nada.–Soltaste una pequeña risita, poniéndote de pie lo más rápido que pudiste y te sacaste las lágrimas rápidamente.–No te escuché, lo siento.

–Ay no mames... por favor dime que no se arrepintió.

–T/N... te conozco. Sé que algo te pasa. Acaso te... ¿acaso te arrepientes?–Te preguntó con la voz algo temblorosa.

–¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! Es todo lo contrario. E-es solo que... bueno...–Soltaste una pequeña risa nerviosa, pero a la vez triste y tragando el nudo que se te había formado en la garganta.

–¿Qué pasa? Tu sabes que puedes decirnos lo que sea.–Tomó tus manos en la suya izquierda, y la derecha la llevó a tu mejilla para acariciarla, mientras te veía a los ojos aunque sabía que tu no podrías verle.

–¿Están seguros de querer hacer esto? De casarse conmigo...

–¿Qué?–Los tres preguntaron al mismo tiempo, igual de sorprendidos.–¿Por qué no querríamos casarnos contigo? ¿qué clase de pregunta es esa?

–B-bueno... quiero decir... sé que es difícil vivir conmigo, y estar conmigo. P-pero aún están a tiempo de arrepentirse.–Diste un paso hacia atrás, alejando sus manos de ti.

–¿Pero qué mierda se le metió en la cabeza a la dama? Te apuesto que esa pinche vieja metida de su trabajo le estuvo diciendo cosas.

–¿Acaso cree que es una molestia para nosotros? ¿Cómo es que siempre se vio a ella misma de esa forma y nunca nos dimos cuenta? Creí que había quedado claro de que no era así cuando hablamos con ella...–La voz de Steven era temblorosa, como si estuviera a punto de llorar.

–¿Por qué de pronto tienes todas estas dudas? ¿Ya no recuerdas aquella vez que hablamos? Cuando te dijimos que te amábamos, y que no eres una molestia para nosotros. Y eso no ha cambiado.

Eres lo mejor que nos ha pasado, estos últimos dos años contigo han sido maravillosos. Te amamos tal y como eres, puedas ver o no.–Puso nuevamente sus manos en tus mejillas y las acarició con ternura, dejando un beso en tu frente.

Las lágrimas comenzaron a salir nuevamente de tus ojos, y te abrazaste a él con fuerza.

–¿Esto no es lo que tu quieres, querida?–Steven tomó el control del cuerpo y te preguntó con suavidad.–¿N-no quieres casarte con nosotros?

–Claro que si quiero... lo que no quiero es ser una carga para ustedes...–Escondiste tu rostro en su cuello, y le abrazaste con aún más fuerza.

–A ver, mi dama. Dejemos algunas cosas en claro.–Tomó tu rostro en sus manos y te quedó viendo a la cara, aunque tu no pudieras verle.–Nosotros sabíamos en lo que nos estábamos metiendo cuando le pedimos salir a esa cita hace dos años y un poco más.

Sabíamos en lo que nos estábamos metiendo cuando le pedimos que fuera nuestra novia. O cuando le pedimos que se viniera a vivir con nosotros. Teníamos claro que habían cosas que cambiar de aquí en el departamento para su comodidad y seguridad. Y claramente sabíamos en lo que nos estábamos metiendo cuando le pedimos que se casara con nosotros. Así que no nos esté chingando con que aún tenemos tiempo para arrepentirnos, porque no lo vamos a hacer.

No la vamos a dejar. Y si usted nos deja, prepárese porque le vamos a hacer un amarre pa' que vuelva. ¿Me entendió? Y ya déjese de llorar, y termine de ponerse igual de bonita que siempre para que nos casemos.–Limpió las lágrimas de tus ojos, y luego besó todo tu rostro, haciéndote reír.–Así se ve preciosa riendo. Ahora déjeme peinarla y nos vamos.

–Yo quería hacer eso.–Reclamó Steven desde el espejo donde los estaba viendo.

–Cállate el hocico y déjame a mi.

Marc solo rodó los ojos, mientras Jake te peinaba el cabello y tu reías ligeramente, secando las lágrimas que quedaban.