"Padrino" de boda (MARC)

1.4K 155 40
                                    

Prólogo: Cuando por fin decidiste confesarle a Marc tus sentimientos, éste te da una noticia que arruina tus planes.

4r1_4n4

Advertencia: Triste.

Ya no podías seguir reprimiendo tus sentimientos por él. Así que ahora que estaba soltero, decidiste hablar.

Llevabas muchísimo tiempo así y necesitabas decírselo.

Decirle lo que te habías estado aguantando desde el primer momento en que lo conociste.

Confesarle que lo amabas más que a nadie en el mundo, que cada vez que estabas con él, te sentías la persona más afortunada y feliz del mundo.

~~~~~

Cuando llegaste a la puerta de su departamento, soltaste un suspiro, para luego golpear, sintiendo como tu corazón ya estaba casi por salirse de tu pecho.

¡T/N! ¡Que bueno verte!–Te saludó con una gran sonrisa, atrapándote en un gran abrazo.–Ven, entra.

Marc no era la persona más feliz del mundo, o al menos no últimamente, por lo cual verlo así era extraño, pero te llenaba de emoción que estuviera bien. Tal vez tendrías más oportunidad de que las cosas salieran bien estando él así de feliz.

–Te ves feliz hoy, me gusta eso.–Le dijiste con una sonrisa mientras le seguías a su cocina donde sacó dos botellas de cerveza, entregándote una.

Pues si, la verdad es que lo estoy. Más que nunca.–Te dijo tomando un sorbo de su refresco.

–¿Y puedo saber a qué se debe?–Le preguntaste haciendo lo mismo que él, sentándote en el mesón frente suyo.

Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Marc, mientras bajaba la vista con sus mejillas ligeramente enrojecidas.

Bueno... resulta que Layla y yo arreglamos las cosas y estamos juntos otra vez.–Levantó la vista hacia ti, la sonrisa jamás borrándose de su rostro.–Y esa no es la mejor parte. Ayer le pedí que fuera mi esposa, y ella aceptó.

Escuchar aquellas palabras fueron como una puñalada directo en tu corazón.

Un nudo se formó en tu garganta, y el estómago se te apretó de una manera horrible.

–¿E-enserio...?–Dijiste con la mejor sonrisa que podías, tratando de aguantar tus inmensas ganas de llorar.

¡Así es! No te imaginas lo feliz que estoy con todo esto. Sé que tal vez sea una decisión apresurada después de que hayamos roto y luego vuelto a estar juntos, pero es que yo la amo muchísimo. No quiero seguir desperdiciando el tiempo con ella.–Te explicó con una gran sonrisa.

–¡P-pues estoy muy feliz por ti, Marc!–Fingiste una sonrisa, acercándote para abrazarlo y cerrando los ojos, tragando el doloroso nudo en tu garganta.–Me alegra muchísimo que hayas tomado ésta decisión.–Te alejaste dejando tus manos en sus brazos, para después volver a apoyarte atrás en el mesón, pero Marc sostuvo tu mano en la suya.

De verdad muchísimas gracias. Eres mi mejor amiga, T/N. Por eso quería que fueras la primera en saber. Y preguntarte si tal vez te gustaría ser mi "padrino" de boda. Eres una persona muy especial para , y siempre me has acompañado. Desde que dejé la casa de mis padres, y desde mucho antes. Nunca me has dejado solo.–Habló viéndote a la cara con una gran sonrisa.

–¿De verdad quieres que sea tu padrino de boda?–Le preguntaste ocultando tu dolor.

Por favor di que si. No me imagino a nadie más estando ahí conmigo que no seas tu.–Tomó ambas de tus manos y te habló sin dejar de verte a los ojos.

Soltaste un pequeño suspiro, viendo la felicidad que había en sus ojos.

–Está bien. Seré tu padrino de boda.–Le dijiste sonriendo ligeramente.

¡Gracias, gracias, gracias!–Se te abalanzó y te abrazó con fuerza, mientras tú también lo abrazabas de vuelta, pero no con la misma fuerza que él.

Marc se alejó de ti y dejó un beso en tu frente.

Lo siento, no te pregunté a lo que venías...–Rió ligeramente, dejando sus manos en tus brazos.

–No, a nada, tranquilo. Solo quería ver cómo seguías, nada más. Pero ya me tengo que ir. De todos modos estoy segura de que estás ocupado con todo el tema de la boda y tienes otras cosas que hacer.–Hablaste mientras caminabas hacia la entrada con él detrás tuyo.

Pero no es necesario qué te vayas, puedes quedarte un tiempo más. Ponernos al día, tal vez.

–No, no puedo. Ya tengo que irme. Pero de verdad me alegro mucho por ti, Marc. De verdad que sí.–Le ofreciste una última sonrisa, antes de salir por la puerta sin dejarle tiempo de responder nada de vuelta.

Caminaste lo más rápido que pudiste hasta tu auto, donde cuando estuviste sentada y sola, rompiste en llanto, sollozando con fuerza y dejando ir todo lo que estabas sintiendo en ese momento.

Te arrepentías inmensamente por no haber hablado con él antes. Años atrás debiste haberlo hecho cuando se te presentó la oportunidad.

Moon Knight IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora