Masajes después del trabajo (JAKE)

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Prólogo: Jake llega cansado de un largo día de trabajo, así que le das un masaje para que se relaje.

JoselineGutierrez6

Últimamente Jake andaba más estresado de lo normal. Parecía como si todo el mundo se hubiese puesto de acuerdo para andar cascarrabias y molestos.

Estabas terminando de limpiar la cocina cuando la puerta del departamento se abrió y Jake entró, para después cerrarla.

Se quitó los guantes, la boina y la chaqueta.

Tu te acercaste a él y le ayudaste a quitarse todo, para después darle un delicado beso, tomando su rostro en tus manos.

–¿Día pesado?–Le preguntaste acariciando su cara, mientras Jake se inclinaba en tu mano y ponía las suyas encima, volteándose para besar cada una.

Ni se imagina, mami. Pero no quiero aburrirla con esas mamadas.–Te dio un beso en la frente y luego se sentó en el sillón, quitándose los zapatos y dejando caer la cabeza hacia atrás, prácticamente esparciendose ahí mismo.

–¿Tienes hambre? ¿Quieres que te prepare algo?–Te acercaste a él por detrás y pusiste tus manos en sus mejillas.

No, mi dama. Hace poco me comí lo que me mandó. No tuve ni tiempo de almorzar...–Cerró los ojos mientras masajeabas su rostro con delicadeza.

–Papi mejor quítate la camisa que te voy a dar un masaje.–Te alejaste y fuiste al baño para sacar un aceite que usabas para masajes.

Si quiere llevarme a la cama no necesita excusas.–Se rió ligeramente mientras se quitaba la camisa y caminaba a la cama para recostarse boca abajo en ella.

Te acercaste a él y echaste un poco del aceite en tus manos, dejándolo a un lado para espacirlo en tus manos primero, y después aplicarlo en sus hombros.

Jake soltó un pequeño gemido de satisfacción al momento en que tus manos comenzaron a trabajar en los nudos que se habían formado en sus hombros.

Ah... mi reina...–Cerró los ojos mientras se relajaba, a pesar de que le dolía. Aunque era un dolor agradable de sentir que sus músculos por fin estaban liberando toda esa tensión que llevaban.

–¿Quieres que pare? ¿Te molesta mucho?–Le preguntaste deteniéndote por unos segundos.

Ay no mami, por favor siga... sus manos son mágicas...

Su comentario te hizo reír con ligereza, así que seguiste haciendo lo que te pidió.

Así se lo llevaron por unos largos minutos, Jake gruñendo y gimiendo de vez en cuando, mientras que tú hacías todo lo posible para desarmar los nudos que tenía en la espalda, cuello y hombros.

Una vez ya terminaste, le dejaste un beso en la nuca y te fuiste al baño para lavarte las manos.

Cuando volviste, Jake se había quedado dormido en la misma posición, así que simplemente lo tapaste con una manta que había y besaste su mejilla.

–Descansa, papi.–Le susurraste al oído.

Jake entre lo dormido y despierto que estaba, tomó tu mano en la suya y la besó con delicadeza.

La amo, mami... descanse...–Murmuró en su estado medio dormido.

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