El día pasó con cierta normalidad. He de decir que, como era de costumbre; Diana sobresalió en las pruebas, y Akko, bueno, lo intentaba, supongo.
El silencio del pasillo algunos minutos antes de que terminarán las primeras clases para ir a desayunar era especialmente fulminante; y mientras Akko caminaba con una pila de libros como encargo de la profesora Chariot para llevarlos hasta otro salón jamás imaginó que en su camino se encontraría con una solitaria Diana; quien parecía caminar con esa actitud orgullosa dirigiéndose a su habitación; no precisamente por un encargo, pero si para hablar con alguna profesora acerca de aquel libro que tanto le intrigaba, después de todo ya lo había comprado, lo mínimo que podía hacer era verificar su veracidad.
Akko; al ver a Diana lo primero que hizo claramente fue saludarla. Con un tono forzado por el peso de los libros, pero alegre como su propia personalidad indicaba anunció al ver a la rubia andar por el pasillo:
—¡Diana!, buenos días.
Sus ojos y tono brillaban acompañados de una sonrisa.
— Akko —En un matiz refinado, pero un poquito preocupado la rubia observó el esfuerzo de su amiga — Déjame ayudarte con eso.
La rubia alzó entonces su varita e hizo levitar los libros. En respuesta la castaña suspiró y limpió el sudor de su frente.
— Realmente te agradezco —Exclamó alegre — Seguramente me desmayaría antes de llegar al siguiente salón. Aún no soy capaz de manejar correctamente mi magia —Su matiz de pronto se apagó un poquito— Si la usase seguramente terminaría lanzando esos libros por los aires.
— La practica hace al maestro —Refutó Cavendish con una expresión orgullosa trazada en su rostro y su matiz categórico — No dejes de intentarlo; aunque, estoy segura que no necesitas que nadie te lo diga, conozco bien que tan testaruda puedes ser.
— Realmente no se si tomarme eso como una ofensa —Akko comentó aquello con confusión mientras alzaba un poco su ceja — Pero me lo tomaré a bien —Volvió a sonreír — Ahora vayamos al salón "A"
Ante su última orden Akko alzó sus piernas y se puso a marchar como si de un militar se tratase, siendo seguida casi a regañadientes por Cavendish quien no pudo evitar esbozar una fracción de sonrisa al ver a la castaña. Durante un momento en su mente cruzó la idea de que aquella pequeña bruja había logrado encontrar las siete palabras y hacerse acreedora de la magia más poderosa que existió, y, aun así, seguía actuando como de costumbre; ni se jactaba de lo que había logrado ni parecía colocarse en un pedestal a si misma por ello.
Luego, como si no fuera obvio, esa micro sonrisa desapareció, pero el pensamiento existió y realmente Diana no evitaba ocultar que tenía respeto por la castaña.
En cierto punto, antes de llegar al salón de clases; Akko extendió los brazos y se puso a jugar imaginando que era un avión surcando los cielos. En su mente apareció la imagen de la escoba legendaria y su sonrisa se hizo aun más grande y entonces se puso a dar vueltas alrededor de Diana; quien no pudo evitar lanzar una mirada incomoda a su amiga, pero al final fue totalmente ignorada, y hasta que no llegaron al salón aquel Akko no paró de imaginarse que era un ave, un avión o la escoba.
— Bien; ¿en donde dejo los libros? —Inquirió la rubia.
— Ah, si —Atsuko se paró de golpe y apuntó a la mesa — Ahí; en el escritorio debería estar bien. Otra vez, gracias Diana, me salvaste la espalda.
— No hay de qué. Ahora, si me disculpas, tengo algunos asuntos que atender...
— ¿Qué?; ¿asuntos?; siempre estás ocupada, venga, vamos a comer algo; no puedes trabajar con el estomago vacío —Akko hizo pucheros antes de que Diana se fuera.
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La alegría de amarte (Diakko, Lemon)
RomansaUn fanfic Diakko en pleno 2022, porque quiero, porque puedo y porque se me da la gana.