Confesiones y risas en medio del caos

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'¿Dónde está ¿Dónde está Jennie? Hace una hora que la busco y nada. Bueno, mi suegra (porque lo repito, será mi suegra) me dijo que ha estado muy ocupada, pero es que tengo ganas de verla. Espera, no es la que está allá. Sí, sí es ella. Se ve tan tierna ayudando a esos viejitos. Vaya, pero qué piernas. Ese short le queda espectacular. Y si me le acerco... No, mejor la espero aquí.'

'Me vio. Sí, lo hizo. Quita esa risa de idiota, Manobal. Pero es que esa sonrisa que te pone te derrite.'

Jennie: Buenos días, Lisa. - llegando a la altura de Lisa.

Lisa: Hola, Nini. - saludó tímidamente.

Jennie: Al fin despertaste. Déjame decirte que tienes el sueño bastante pesado. - sonrió.

Lisa: Son solo las once. - se defendió.

Jennie: ¿Y eso te parece poco?

Lisa: Ya tú ganas.

Jennie: ¿Y cómo estás? Digo, por lo de ayer. - no había querido atosigar a la rubia con preguntas después de lo sucedido.

Lisa: Bien, muy...

- Jennie... - alguien comenzaba a llamar a la castaña.

- Jennie...

Jennie: Ay no... No las mires. - la castaña se hacía la loca.

Lisa: ¿A quiénes? - no entendía nada.

Jennie: A esas mujeres que están allá. - disimuladamente les señalaba a Ana y Luisa.

Lisa: ¿Por qué?

Jennie: Solo no las mires, ¿quieres? ¿Están viniendo?

Lisa: Eso parece. - veía cómo las dos mujeres se acercaban rápidamente.

Luisa: Jennie, te estábamos llamando. - llegaron a la altura de Lisa y la castaña.

Jennie: ¿Así? No me di cuenta. - intentaba no mirarlas.

Ana: ¿Y tú quién eres? - miraba a la rubia.

Luisa: No te dije que era la novia de Jennie.

Jennie: No es mi novia. - aclaraba.

Ana: Pues eso es lo que tu madre le ha dicho a todo el mundo.

Luisa: Bien, Jennie. - miró a la castaña - Te estábamos buscando para hacerte una pregunta.

Jennie: Eh, ¿cuál? - algo dudosa preguntó.

'Que no sea nada pervertido, que no sea nada pervertido.'

Luisa: Es que Ana y yo compramos esto. - sacaba de una funda un strap-on muy prominente.

Jennie: ¡Oh por Dios! Guarda eso. - como podía, le quitaba el aparato de las manos, lo guardaba en la funda y se lo devolvía.

Lisa: Vaya... - fue lo único que pudo decir.

Jennie: Cuidado con lo que vas a decir, Lisa. - la miró feo.

Ana: Queremos que nos ayudes a usarlo. - dijo emocionada - Así como nos enseñaste a hacer tijeras. - hacía gestos con las manos y esta vez Lisa no pudo contener la risa.

Lisa: ¿En serio, Jennie? - la miraba divertida.

Jennie: Cállate. - de nuevo la miró feo.

Luisa: Vamos, Jennie, no seas mala. - hacía pucheros - ¿Podrías ponértelo? Solo para ver cómo se usa. - de nuevo sacaba el aparato y hacía que Jennie se lo midiera.

Lisa: JA JA JA JA JA JA. - la rubia ya mismo hasta se orinaba por la situación.

Jennie: Pues... pues averigüen en internet o qué sé yo. - como podía, apartaba a la mujer.

Yo cuidare de ti (Jenlisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora