Mi hogar eres tú

802 51 0
                                    

Nayeon: Entonces, ¿se lo vas a pedir? - hablaba emocionada, mientras ella y Tzuyu tenían a la castaña en medio de las dos, sentada en uno de los muebles del departamento.

Jennie: Sí, no quiero esperar más - dijo emocionada.

Tzuyu: ¿Y cuándo lo harás? - preguntó curiosa.

Jennie: En esta semana, tengo algo preparado.

Nayeon: Cuéntanos, cuéntanos - quería saber todo.

Jennie: No se los diré - se levantaba del mueble - Son unas bocazas, no quiero correr el riesgo de que le cuenten a Lili.

Nayeon: Nos ofendes - se cruzó de brazos.

Jennie: Sabes que tengo razón, Nayeon. Por su culpa, Lisa se enteró de la sorpresa que preparé para su cumpleaños y arruinaron todo - las miraba seriamente y Tzuyu se hacía la inocente.

Nayeon: ¡Fue un accidente! - se defendió.

Jennie: Sí, claro, como no. Me tengo que ir - miraba su reloj - Nos vemos chicas - les dio un beso a cada una y salió del departamento.

...

Lisa estaba en el Lady Kisses, acompañada de Jisoo y Rosé. Las tres estaban en sus sillas asoleadoras.

Lisa: Lo que oyen chicas, Jennie está rara. ¿Y si me está engañando? - les preguntaba a sus amigas preocupada.

Jisoo: Yo creo que estás exagerando. No creo que Jennie sea capaz de hacerte algo así - intentaba hacerla entrar en razón.

Rosé: Sí, Lalice, Jen no haría algo así.

Lisa: Pero es que no sé - se comía la cabeza - Está actuando raro, susurra por teléfono y se aleja de mí cuando lo contesta. ¿No es prueba de que me está engañando? - quería llorar.

Jisoo: Creo que estás exagerando de nuevo - volvió a decirle. La rubia solo suspiró y se cruzó de brazos.

"Pues tengo que averiguar en qué anda. Nadie me pone los cuernos, mucho menos Karmin."

...

Jennie: Por eso quería pedirle permiso para llevarme a Lisa a Los Ángeles - la castaña estaba en la oficina de su suegro, en el periódico.

Marcos: No tienes por qué pedirme permiso, estoy feliz de que al fin te hayas decidido a dar ese paso - sonreía.

Jennie: Gracias, bueno, creo que me voy. Todavía tengo que hacer unas cosas - se levantaba de la silla y Marcos también lo hacía - Gracias por todo, Marcos - le estiraba una de sus manos.

Marcos: No es nada, solo quiero que hagas feliz a mi hija - agarraba la mano de la castaña.

Jennie: Así será - sonreía y salía de la oficina.

"Bien, Jennie, ya no hay vuelta atrás. Ahora a llamar a tu madre.

...

La rubia llegaba a la mansión Manobal. Todavía no se había mudado con la castaña a la casa que esta había comprado. No sabía los motivos, ya que la castaña andaba muy misteriosa y no se enteraba de nada. Su sorpresa fue mayor cuando entró y vio a su novia al pie de la escalera con una maleta.

Lisa: Lo sabía, sabía que me estabas engañando - comenzó a llorar.

Jennie: ¿Qué? ¿De qué hablas? - no entendía nada.

Lisa: Por eso has estado rara - caminaba de un lado para otro.

"¿Qué le pasa ahora? Estos ataques de bipolaridad me dejan sin poder reaccionar".

Jennie: Lili, para. No sé de qué hablas - se acercaba a ella.

Lisa: No me toques - se alejaba de ella - Claro, como no puedes con el cargo de conciencia, por eso te largas - la miraba seriamente.

Jennie: ¿Cargo de conciencia? Ahora sí te volviste loca.

Lisa: ¡No estoy loca! - se defendió.

Jennie: Pero es que no te entiendo. Te estaba esperando para irnos a Los Ángeles...

Lisa: ¡Me estás engañando! Espera, ¿qué dijiste? - no había escuchado bien.

Jennie: ¿Crees que te estoy engañando? - tenía la boca abierta.

Lisa: ¿Nos vamos a Los Ángeles? - miraba de nuevo la maleta.

Jennie: ¿Piensas que te engaño? - seguía incrédula.

Lisa: ¡Respóndeme! ¿Nos vamos a Los Ángeles? - volvió a preguntar.

Jennie: Sí...

Lisa: Entonces, ¿no te vas a ir de la casa? - preguntó dudosa.

Jennie: Claro que no. ¿Por qué piensas eso? - seguía sin entender nada.

Lisa: Es que... es que has estado rara. Cuando te llaman por teléfono, te alejas de mí para contestar, cargas un misterio - vio cómo la castaña empezaba a reír - ¿De qué te ríes? - frunció el ceño.

Jennie: Eres adorable - la agarraba por la cintura - Yo nunca, escúchame bien, Lisa, nunca te engañaría - besaba la nariz de su novia.

Lisa: ¿Me lo prometes? - hacía pucheros.

Jennie: Te lo prometo - cerraba el poco espacio que quedaba entre las dos y la besaba apasionadamente - Ahora sí, apúrate que nos tenemos que ir - se separaba de su novia.

Lisa: Ok - sonreía y rápidamente subía las escaleras.

Los Ángeles...

Lisa: Nini, ¿a dónde me llevas? - la rubia iba con los ojos vendados, mientras era guiada por la castaña.

Jennie: Solo camina, sí - sonreía por la impaciencia de la otra.

Lisa: ¿Me trajiste a la playa? - sentía cómo la arena se metía en sus zapatillas.

Jennie: Sí, pero sigue caminando - seguía guiando a su novia hasta que paró en un punto determinado.

Lisa: ¿Por qué paramos? - preguntó e intentaba quitarse la venda.

Jennie: No te la saques - le pedía y tomaba aire - Ok, ¿te acuerdas de la primera vez que hablamos como la gente? - Sonreía - Y me pediste disculpas.

Lisa: Sí, fue el día que... espera, ¿me trajiste a la playa para...

Jennie: Sí, ese día fue en el que pude ver por primera vez realmente cómo eras. Pude ver que detrás de esa chica odiosa y bipolar había una chica especial - sonreía al igual que Lisa - Desde ese día, nuestra relación ya no fue la misma, y no para mal, sino para bien. Terminé de enamorarme más de ti. Por esa razón te traje aquí, porque creo que es un lugar especial para nosotras - le quitaba la venda - Creo que deberías mirar atrás tuyo - la castaña la miró confundida, pero de todas maneras lo hizo. Su boca se abrió de la sorpresa cuando vio un inmenso corazón adornado con piedras y flores en la arena, con las palabras "¿Quieres casarte conmigo?".

Lisa: Por Dios... - sus ojos se llenaron de lágrimas y se giró rápidamente hacia la castaña, que ahora estaba arrodillada con una pequeña cajita en sus manos.

Jennie: ¿Quieres? - abrió la cajita.

Lisa: Sí... sí - dijo emocionada. La castaña sacó el anillo y se lo puso en el dedo a su novia.

Jennie: Ahora serás mía para siempre... - no pudo decir más, porque su prometida se le lanzó encima para besarla.

Lisa: Te amo... Te amo - repartía besos por toda la cara de la castaña...

Yo cuidare de ti (Jenlisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora