Eso estuvo cerca

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Vanessa amaneció tirada en el suelo con un fuerte dolor de espalda. Sintió que alguien le agitaba el hombro haciendo que comenzara a despertarse.

–Vanessa, despierta– La voz del mayor hizo que se asustara. Se levantó de golpe y se arrastró por el suelo tratando de apartarse de él. –Tranquila, no voy a golpearte.

–¿Y ahora qué quieres?– Preguntó retrocediendo por seguridad. William se levantó y le arrojó su celular a la cara y esta lo atrapó antes de que se cayera al suelo.

–Eliminé el número de Cassidy, y conociéndote, no lo recuerdas. Sube a darte un baño y vístete que nos toca turno en una hora.

Subió las escaleras del sótano dejando la puerta abierta. La rubia estaba muy confundida por la actitud del mayor, ¿Ya estaba perdonada? ¿Tan fácil fue? No... Él debe estar planeando algo. Definitivamente no está perdonada aún.

Subió las escaleras y miro a todos lados con miedo pero no encontró a William. Un olor a tostada viniendo de la cocina llamo su atención y caminó hasta allá encontrando al mayor preparando el desayuno.

–Te dije que te fueras a arreglar– Dijo sin mirarla. Vanessa recién notó que él ya estaba vestido. –¡Ahora!

Se asustó por el grito y corrió hacia su habitación enseguida. Vio una caja en su cama que parecía haber sido dejada ahí por el castaño, y aunque tenía curiosidad prefería abrirla después de darse un baño.

Antes de entrar en la ducha se miró al espejo con su cuerpo desnudo. Aún tenía varios moretones por los golpes de ayer, especialmente en su rostro, aunque las marcas de su cuello cuando William intento ahorcarla ya habían desaparecido.

Le entró miedo de que tratara de agredirla otra vez. No sabía que estaba planeando William, pero por ahora iba a comportarse bien para ahorrarse otra paliza. Se tomó unas pastillas para el dolor y para sus heridas y entró a la ducha.

Cuando terminó de bañarse fue a su armario y se vistió lo más rápido que pudo. Se sentó en su cama para poder abrir la caja que le había dejado William. En cuanto vio su interior cambio su expresión de miedo e insegura a una de enojo e irritación.

Bajo corriendo las escaleras llamando la atención de William quien estaba sirviendo dos platos en la mesa. La rubia irrumpió en la cocina y se paró frente a él enseñándole lo que le había dejado.

–¿Qué carajos es esto?– Preguntó más enojada que nunca.

–Son gafas de realidad virtual. Y no me grites, grosera.

–¡Ya sé que son! Mi pregunta es ¿Por qué?

–Ya sabes porque, linda– Tomó asiento en la mesa y le indicó a la rubia que hiciera lo mismo. –Ayer te quejaste porque te "manipulaba" así que de ahora en adelante va a ser tu decisión. ¿Quieres seguir siendo mi ayudante o quieres continuar con tu vida normal?

–¿Qué mier...? ¿Me estás tomando del pelo? No voy a dejar que vuelvas a controlar mi mente, ¡Ya no más!

–Entonces deja las gafas dónde las encontraste, despídete de la moto y dame hasta la noche para empacar e irme– Vanessa guardo silencio al ver que William extendía su mano para recibir las gafas. No se las entrego, las puso en su piernas y empezó a comer el desayuno que este le había servido.

–No voy a darte las gafas y arriesgarme a que alguien más pase por lo mismo que yo.

–Que tontería Ness... Nadie es más apto que tú– Susurró viendo como Vanessa comía confiada su desayuno. La rubia empezó a sentir que su cuerpo se debilitaba al punto de que no podía ni sostener su tenedor.

Family of psychopaths (Fnaf au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora