Capítulo 2

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Capítulo 2
Mi historia y mi familia

He sido criada dentro de una familia decente, vamos, con unos padres normales que se quieren y se respetan, lo de normales no es bilateral la verdad, pero bueno, hablando de fidelidades sí. No ha llegado nunca a mis oídos ningún adulterio por parte de ninguno de los dos. Tengo una hermana mayor que yo, tan solo un par de años, aunque parece que tenga la edad de mi madre. Es una señora educada, beata y aburrida. Mi hermana, digo. Dentro de muy poco se casará con una persona como ella y extremadamente educado. De esos que para ir al baño cuando está sentado a la mesa, pide permiso y se disculpa varias veces. En defensa de mi madre diré que a las dos nos educó de la misma manera. Fuimos al mismo colegio, estudiamos música en el mismo conservatorio y veraneábamos en el mismo aburrido pueblo año tras año una pegada a la otra. ¿Qué porqué esta diferencia? Pues no lo sé, creo que un día ella abrió la puerta a unas personas religiosas que iban haciendo propaganda de Dios, y aunque les dijo no interesarle nada, días más tarde comenzó a ir a la iglesia más que nunca. Que conste que no tengo nada en contra de su reciente relación con Dios, pero si tuviese la misma implicación con las personas que la rodean, se le vería un poco más humana. ¿Su nombre? Rebeca. Se pasa el día leyéndome versículos de la biblia, que de una forma u otra intenta aplicar a la vida, que ni bien ni mal, que ni me gusta, ni me disgusta, pero, lo de amar al prójimo como a ti mismo, ella no se lo aplica. Digamos que ella se quiere tanto a sí misma que no le queda más amor para el resto.
¿Papá?, mi santo grial. Mi fuente de juventud eterna, mi genio de la lampara mágica, mi Olaf de cuento perfecto. Le adoro. Tenemos una suerte tan grande toda la familia con tenerlo cerca, que cuando nos falte, iremos todos como pollo sin cabeza, porque es él quien nos guía. Casi siempre tiene gestos de cariño con todas. Estar rodeado de tanta mujer puede sacar a uno de sus casillas, y en cambio él ha demostrado una paciencia infinita. Sobre mamá no puedo decir nada malo. Tampoco nada del todo bueno. Ella es así, especial, con sus idas y venidas. A ver, mamá no está loca. Quiero decir con esto que no está loca del todo. Ingresa de vez en cuando en una clínica de desintoxicación, una de esas en las que entras y cuando crees que estás bien te piras. Ella no es una yonki, es solo alcohólica, que no es poco, porque se bebe hasta el vino de cocinar, una vez la pillé bebiéndose el vinagre de vino a chorro. Desde ese momento, en casa no hay una gota de alcohol, pero, ni para curar las heridas. Cada vez que viene de su retiro, nos intenta convencer a todos de que esa es la última vez que se aleja de nosotros. Mentira, está enferma y sabemos que nunca se va a curar. Lo de loca lo digo porque de tanta medicación, en ocasiones se le va un poco la cabeza.
En general mi familia está muy unida. No solo son papá, mamá y mi hermana, también están Greta y Leo. Ya, ya, las amigas no son familia pensará la gente. Pues las mías sí, hay personas con las que no compartes sangre y que están dispuestos a hacer cosas por ti que los de tu linaje nunca harían.

































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