Viernes 28 de octubre

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16:51 hrs

El olor a quemado lo trajo de vuelta a la realidad, haciendo que su atención se dirigiera a lo que pretendía ser su cena, completamente quemado.

Limpió las lágrimas en un movimiento rápido, repitiéndose que tal como habían dicho sus amigos, la muerte de Taehyung no había sido su culpa.

Él no podía predecir que aquel conductor borracho saliera de la ruta y condujera en sentido contrario y con la luz roja, no podía ayudar a Taehyung quien al final decidió con voluntad propia no poner en riesgo la vida de Jungkook, no podía haber evitado su muerte de ninguna forma, no podía obligar a la gente a los alrededores a sacar a Taehyung del auto si es que eso hubiera servido de algo, no podía hacer que la ambulancia llegara más rápido.

No podía y entre todas las cosas que no podía, culparse por algo que se había escapado de sus manos.

Presionó los dedos sobre la encimera, injusticia era lo primero que se le pasaba por la mente cuando recordaba que aquel sujeto que había provocado el accidente por su ineptitud estaba tranquilamente viviendo su vida luego de haber pagado la fianza y estar realizando servicio comunitario.

¿Por qué ese sujeto podía vivir con total libertad luego de haberle arrebatado la vida a la persona que más amaba?

Sus dientes rechinaron ante la impotencia que le generaba pensarlo, había pasado apenas poco más de una semana desde el accidente y ese hombre estaba viviendo sin ningún cargo de conciencia, incluso pudo notarlo al ver su sonrisa luego de que se dictaminara su sentencia siendo completamente negligentes.

El proceso se llevó a cabo de manera rápida, demasiado. No se tomaron ni siquiera la molestia de ver las camaras de seguridad o revisar el estado de ebriedad en el que había conducido, había tantas faltas que eran obvias y aún así un poco de dinero podía darle la vuelta a la justicia con una enorme carcajada.

Gruñó ante el recuerdo de no poder hacer nada más, de que sus palabras no fueran escuchadas, de que la vida de Taehyung fuera deshechada como si no fuera nada.

De pronto, unas caricias en su espalda baja lo hicieron tensarse, un escalofrío recorriendolo entero.

Volteando lentamente observó una figura frente a él, etérea y perfecta. Como un ángel. Los cabellos le caían sobre la cara y sus ojos brillantes lo observaban con añoranza.

-Yo también estoy molesto, Kookie.

-Tae... -balbuceó ahogandose al hablar.

-Te extraño mucho, ahí todo es oscuridad y me da miedo.

-¿Dónde?

-No sé dónde estoy, solo que no puedo respirar, es... como si me asfixiara. Ven conmigo, Kookie, por favor. No quiero estar más tiempo ahí adentro. Está oscuro, es muy pequeño y me asfixia. Es como estar adentro de una caja.

-¿Cómo- cómo voy contigo? -susurró con miedo, solo había una manera.

-No quiero que te mueras, pero ya no soporto estar ahí. No debería estar ahí ¿o si?

-No mi amor, no -habló suavecito mientras sostenía su cintura, sintiendo que no era del todo solido.

Taehyung pasó sus largos dedos sobre las mejillas contrarias, dónde aun quedaba un rastro pegajoso por las lágrimas anteriores.

-Lamento que estés triste por mi culpa.

-No digas eso... no fue tu culpa.

-Tampoco tuya. Perdón por no haberte dejado ayudarme.

-¿Por qué lo hiciste?

-Temía que te pasara algo por mi culpa. No quería que terminaras como yo.

-Pero ahora...

-Solo se que no puedo irme de aquí sin ti -las palabras de Taehyung eran dispersas y un tanto imprecisas a la hora de pronunciarlas, como si hubiera olvidado como se hacía-. No me importaría esperar, pero ahí abajo todo es aterrador.

-Tae -llamó el menor con una duda en mente-, no eres tú quien me está haciendo esto, ¿verdad? Lo de las pesadillas y las cosas feas.

-Yo jamás te haría daño, Kookie -dijo con total convicción, convenciendo así al contrario.

Jungkook asintió y acercó más el cuerpo de Taehyung para abrazarlo con fuerza, sin ser consciente de cuanto tiempo pasaba porque solo le interesaba esa calidez que emitía el cuerpo del mayor, aunque despues de un rato esa calidez se esfumó dejando en su remplazo un frío que le calaba los huesos.

Se separó con cuidado, mirando con horror como la imagen angelical de Taehyung se transformaba en la del día del accidente, la misma ropa llena de sangre, el cabello pegado a la frente por el sudor, los cortes en toda su cara y ese hilo de sangre escapando por sus comisuras.

-Kookie ¿está todo bien?

Pero Jungkook no tuvo tiempo de responder cuando la imagen de Taehyung se fue deteriorando cada vez más al pasar poco a verse en un estado de putrefacción donde tenía la piel hinchada y llena de gusanos, tenía pus en algunos partes y los ojos se le iban hundiendo resaltando la piel amarillenta.

El muchacho apretó los ojos negandose a ver a Taehyung así, abriéndolos un poco más tarde en una estancia que se encontraba vacía.

Stalkdead || Taekook AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora