Oscuridad. Confusión. Frío profundo y punzante, y silencio.
Kara patalea salvajemente hacia la superficie con la mano de Lena en la suya. Siente la succión que la arrastra hacia abajo y lucha contra ella con todas sus fuerzas.
El chaleco salvavidas de Lena la hace subir más rápido, la flotabilidad tira del brazo de Kara. Kara intenta seguir el ritmo, pero un pie que patea sale volando de la oscuridad y golpea sus manos unidas, y Kara no puede mantener el agarre. Su mano se libera y Lena se eleva hacia la superficie, dejando a Kara atrás. Se siente como si volviera a tener 13 años, atravesando el hielo hacia el agua helada del lago. Sólo que, esta vez, Alex no está aquí para sacarla cuando sus extremidades dejan de funcionar.
Oh Dios, Alex...
Kara no tiene ni idea de dónde está, si en un bote salvavidas, atrapada en el barco hundido o en algún lugar del agua con ellos. La culpa la apuñala mientras lucha. Debería haberlo intentado más, debería haberla encontrado enseguida...
Siente que se queda sin aire. Su cabeza empieza a dar vueltas, y sus movimientos se vuelven espasmódicos y descoordinados mientras los recuerdos se agolpan en su cabeza a toda velocidad: sus padres, cantando juntos mientras preparan el desayuno. Eliza y Jerimiah, abrazándola mientras lloraba en el aniversario. Alex, golpeando al chico del colegio que arrugó los dibujos de Kara y ayudándola a levantarse del suelo. Lena, en la proa del Titanic con la puesta de sol a sus espaldas, mirando a Kara como si significara algo.
Lena.
Con un último movimiento, el agua se divide y Kara sale a la superficie, jadeando y tosiendo. Le arden los pulmones y se ahoga con el agua salada mientras intenta tomar más aire frío. Cuando sus oídos se limpian de agua, el silencio desaparece. Lo único que oye son los gritos.
Tiene que encontrar a Lena.
Kara se sacude la niebla de la cabeza y trata de concentrarse. El agua está helada, tan fría que hace que le arda la piel y que sienta el pecho apretado, pero lucha contra el entumecimiento. Más adelante, ve algo grande: el agua rompe contra él, haciendo que la superficie brille. Nadando hacia él, parece una enorme plancha de madera, tal vez parte de la gran escalera o una gran puerta. Tiene unos cuantos trozos de cuerda enredados a su alrededor, que parecen estar enrollados en la madera de alguna manera. Podría soportar el peso de alguien.
Kara nada hacia ella y la empuja tan lejos como puede, lejos de la masa de gente. Lo único que puede hacer es esperar que nadie más lo reclame hasta que ella pueda regresar. Entonces, volviendo al agua agitada, se lanza de nuevo. Lucha, sus extremidades se sienten pesados sin el chaleco salvavidas.
"¿Lena?" Grita, esperando que la escuche por encima de los otros gritos. Se adentra más en la refriega. A su izquierda, ve a un hombre subirse encima de una mujer con un chaleco salvavidas, obligándola a sumergirse. Cuando sube de nuevo, intentando luchar contra él, Kara ve su cara.
"¡Lena!" Ella nada tan fuerte como puede, la rabia la hace más rápida. "¡Suéltala! ¡Suéltala!"
El hombre se aferra obstinadamente, y Kara hace lo único que puede. Le da un codazo directamente en la cara y él vuelve a caer al agua. Lena vuelve a salir a la superficie, chisporroteando.
"¿Estás bien?" Kara jadea y los ojos de Lena se centran en ella.
"¿Kara?" Lena estira la mano, agarrando el brazo de Kara. "Oh Dios, pensé que te había perdido. Nuestras manos se deslizaron y te hundiste, y.."
"Lo sé. Necesito que nades, ¿de acuerdo? Ahora mismo". Comienza a patear, sin soltar la mano de Lena, y ella la sigue. Tienen que volver a la puerta. Kara sabe el poco tiempo que tienen hasta que el frío haga efecto de verdad, hasta que todos los que se queden en el agua se congelen.
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Para hacer que cuente (SuperCorp)
FanfictionLos tonos fríos de Lillian siguen provocando la misma reacción desde que Lena era una niña, cuando sus lágrimas eran recibidas con fría indiferencia y duros recordatorios de que los Luthors no lloraban. Su cerebro se cierra, el pánico queda relegado...