Morgan entró al despacho, dentro recorrió discretamente con la mirada la elegante y espaciosa habitación hasta que sus ojos violeta se vieron atraídos al retrato de una bella mujer de ojos y cabello café ondulado, su expresión serena transmitía una calidez que parecía desbordarse de la pintura, Morgan sintió la profunda necesidad de acercarse para tocar la imagen en óleo, su corazón sintiéndose pesado dentro de su pecho.
Apartó la mirada, obligándose a dirigir su atención a Clarence Slorrance sentado del otro lado de un escritorio de madera.
—Frederick dijo querías verme, ¿levantarás mi castigo ya?
La mirada evaluadora lo hizo preocuparse, pero mantuvo una expresión irritada y despectiva, había llegado a la conclusión de que lo más seguro y menos problemático era asegurarse que nadie supiera jamás él era un alma ajena a ese cuerpo y mundo, así que debería actuar como el antiguo Morgan Slorrance para no levantar sospechas, por lo menos durante un tiempo.
—Ayer fui llamado al palacio —declaró el barón Slorrance, su rostro ilegible.
Morgan parpadeó, había obedecido la orden de no salir de su habitación, aprovechando el aislamiento para comprender y catalogar la información junto a los recuerdos adquiridos tras transmigrar, también había evitado hablar con los sirvientes que lo atendieran, así que realmente no había sabido que pensar cuando el mayordomo lo buscará para transmitirle su padre lo esperaba en su despacho. Se había desconectado del mundo fuera de su habitación.
—… ¿Qué tiene que ver eso conmigo? —espetó.
—¿No lo imaginas? —preguntó con seriedad el barón.
Su encuentro con Allen Edevane vino a su memoria. Comprendió de inmediato esa visita estaba relacionado a lo sucedido en esa posada. Bajó la mirada para ocultar cualquier rastro de aprensión.
—Tú matrimonio ha sido decidido por nuestro rey —continuó el hombre—. Desde ahora estas comprometido con el primer príncipe.
Levantó la cabeza de golpe.
—¿Qué?
Por la reacción del barón suponía las relaciones entre personas del mismo sexo no eran algo inaudito en ese mundo, o por lo menos no en ese reino, algo sorprendente y increíble para la época en la que estaba ambientada la novela, solo posible en el mundo de una novela de fantasía.
—¿Hay algo que quieras decirme, Morgan? —preguntó el barón, un tono que detonaba inquietud.
—No… yo… entiendo.
El barón alzó sus cejas.
—¿Estas de acuerdo con esto?
Lo miró en conflicto ante lo que claramente era preocupación paternal, en la novela no se había mencionado mucho la relación de Slorrance con su padre, pero sabía su relación no había sido buena, no pretendía buscar arreglarla.
—No importa si estoy de acuerdo o no, es una orden del rey, no podemos ofenderlo.
Por las memorias adquiridas sabía había cierta tensión entre la casa Slorrance y la familia real, y si no recordaba mal, en la novela, antes de que Morgan Slorrance cometiera actos contra los protagonistas la familia de este ya había perdido poder junto a su título nobiliario. No mucho después por culpa de Morgan Slorrance su familia sería acusada de traición para luego ser decapitados. Se estremeció internamente ante la idea de tener ese final y condenar a inocentes al mismo destino.
La sorpresa en los ojos violeta le hizo saber había dicho algo inadecuado dado el carácter de Morgan Slorrance, si lo pensaba el otro Morgan probablemente se opondría armando una rabieta en base al desprecio que como su círculo social sentía hacia el primer príncipe, no pensaría en las consecuencias de su negativa.
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Transmigré y me convertí en esposo del príncipe desfavorecido(BORRADOR)
FantasiBORRADOR Morgan se convirtió en un atolondrado noble sin vergüenza que al igual que la mayoría de personajes masculinos se enamoraría de la protagonista femenina en una novela de romance con harén inverso, decidido a no tener el mismo final que el v...