Pov.narrador/ra
En una aldea de simple campesinos, granjeros, pescadores y demás hombres de tales oficios humildes como estos, la tarde llegaba y el sol comenzaba a desaparecer del enorme cielo dando así paso a su hermana la luna.
Un hombre de edad algo avanzada, recogía sus cosas dispuesto a dar aquel día de trabajo duro por finalizado y volver a casa con su mujer quien seguro le esperaba con una deliciosa comida ya servida en la mesa, sonrió alegre el hombre al imaginarse aquello, y con mayor gusto apuro sus movimientos, sin embargo; cuando finalmente había terminado y ya estaba listo para marcharse rumbo a su hogar, un resplandor dorado que paso con gran velocidad por los cielos llamó su atención, el hombre pudo jurar haber visto caer aquel resplandor tan brillante como el mismo sol caer no muy lejos de donde estaba.
Preso por la curiosidad de saber que había sido aquello que había visto, decidió seguir el mismo camino que el resplandor dorado, caminando por el pasto alto y bajando por una cuesta que daba al pie de la montaña, ahí pudo ver como varios árboles habían sido destruidos y el suelo había sido dañado por una fuerza inhumana, toco con sutileza uno de los troncos que se encontraban partidos por la mitad notando que este, estaba caliente, ahora que podía notarlo, todo el lugar afectado desprendía una especie de vapor naranja.
El hombre asustado por lo que veía, estaba listo para dar media vuelta y salir de aquel lugar, pero no lo hizo, se quedó en su lugar al escuchar un llanto, uno agudo pero con fuerza, el llanto de un bebé...
Fue así que, juntando la valentía que le quedaba, siguió el sonido, cada que parecía estar acercándose al causante de este, el lugar se iba volviendo más y más caliente.Fue entonces que lo vio, una piedra de gran tamaño la cual parecía como si se hubiera estrellado en la tierra, tal vez algún trozo de cometa que se desprendió o alguna roca que arrojaron desde los cielos. Los llantos y sollozos que había escuchado antes parecían venir de esta, se acercó más y más a la piedra notando que esta poseía una grieta de gran tamaño revelando que la roca era hueca y dentro de esta, un pequeño ser de pelaje amarillo se encontraba llorando sin cesar, el hombre ya casándose del llanto, decidió cargar al pequeño eh intentar calmarlo.
Lo tomo entre brazos con cuidado notando que su cuerpo estaba tibio y calentito, su pelaje era de un amarillo brillante el cual recordaba a los rayos del sol en las mañanas, su cara era algo pálido pero sin llegar a parecer enfermo, y sus ojos, sus ojitos eran dorados. El pequeño se aferraba a su ropa con fuerza, buscando confort y consuelo el cual no se le fue negado pues el hombre le abrazó con algo de fuerza y comenzó a tararear una canción de cuna que alguna vez escuchó de su ya difunta madre, esto pareció calmar a la criatura la cual terminó quedando dormida entre los brazos del humano.
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Jien Yiu era una mujer sencilla nacida en la cuna de una familia humilde de granjeros, desde que tiene memoria vivió y se crió entre las montañas junto a su padre y sus demás hermanos, cuando esta cumplió la mayoría de edad conoció y se desposo con Shujia Chao, un humilde leñador con un corazón enorme, ambos llevaban ya varios años casados y viviendo felices en el pueblo en el que se crió su amado esposo, y a pesar del tiempo, nunca habían pensado en tener hijos...
Hasta aquel día en que luego de estar una tarde y noche preocupada por la tardanza de su esposo, este llegara con una pequeña bola de pelos entre sus brazos y con gran alegría declarando que el cielo les había honrado con la dicha de convertirlos finalmente en padres de un pequeño que ante sus ojos parecía más un demonio que un niño.
—querida mía, ya te lo dije; ah caído del cielo, justo cuando los últimos rayos del sol acariciaban la tierra, es un regalo para alegrar nuestras ya prósperas vidas.
—Shujia, por favor, míralo.— hablo molesta la mujer ante las palabras de su marido —esta claro que ese niño es todo menos un regalo de los cielos, ¿y si es un demonio? ¡no, no, no! ¡lo quiero fuera de mi casa!.
—mi amor, ¿un demonio dices?.— el hombre sonrió con burla y abrazó a su mujer de la cintura —no es un demonio, eso puedo asegurarlo yo que, en el bosque me eh encontrado a un sin fin de estas viles criaturas y eh logrado escapar a pocas penas, este pequeño no es uno de ellos y su aparición ah sido de lo más curiosa.
—Shujia...
—vamos mi bella Jien, te juro que ese niño es inofensivo, ¡es más! ¡apuesto que cuando le veas mejor caerás enamorada ante su ternura igual a como yo caí!.
La mujer suspiró rendida ante las palabras de su esposo, formó una pequeña sonrisa para luego besar a este en una de sus mejillas.
—esta bien, está bien; lo aceptaré.
—¡esa es mi hermosa reina!.— grito alegre al escuchar finalmente lo que quería y alzando a su esposa en brazos comenzó nadar vueltas lleno de alegría, la mujer también comenzó a reír encantada al ver a su marido tan feliz —ya veras que amarás a la pequeña Wuyuu en poco tiempo.
—¿pequeña Wuyuu?.— pregunto confundida, su marido solo asintió con la cabeza.
—es una niña, una damita como tú, también, creí que ese nombre le quedaría bien.
—ya veo, es un lindo nombre.
Ambos, marido y mujer siguieron hablando sobre el "nuevo" integrante de su familia, el hombre planificaba como sería la habitación de la pequeña, la cuna que le haría y los juguetes que tallaria para ella, mientras que su mujer en la ropa que le haría, hermosos vestidos y camisones, también de como le enseñaría a cocer y bordar, estaba algo más animada al saber que ya no iba a estar tan sola en su hogar mientras que su marido se encontrara trabajando.
Más dejaron su pacifica charla al escuchar el llanto de la pequeña que venía desde la habitación de ambos esposos, el hombre fue el primero en levantarse e ir a revisar para luego ser seguido por su mujer.
—¿que pasa pequeña?, venga no llores Wuyuu.— hablo Shujia acunando a la pequeña en brazos —todo esta bien, Baba esta aquí.
La mecio entre sus brazos mientras que tarareaba dulcemente, la pequeña se calmó y tal como lo había hecho en la montaña, se aferró a la ropa del hombre quien le brindaba calor y cariño.
La mujer a ver esto solo pudo sentir como se derretía su corazón de ternura, se acercó más a su esposo y miro mejor a la pequeña criatura que tenía entre sus brazos, impresionada por el largo y brillante pelaje amarillo que está poseída, no lo había visto bien cuando recién habían llegado pero este se veía hermoso, al igual que aquellos ojitos algo llorosos de un color dorado puro el cual parecía competir contra las piezas del más refinado oro.
—hola pequeña Wuyuu.— saludo con cariño acercando su mano a la pequeña quien dudando un poco termino tomando con su manita uno de los dedos de esta —yo soy tu Mamá y junto a tu Baba te cuidaremos, lo prometo mi pequeña.
La niña les miro a ambos con curiosidad para luego comenzar a reír alegremente, parecía feliz con lo que oía tanto así que incluso empezó a mover su colita demostrando alegría...
—oh ella tiene...
—una preciosa manera de decirnos que le agradamos.
La mujer miró a su sonriente y burlón marido, pues al parecer ya sabía de la extremidad extra de la bebé.
—¿porque no me habías dicho que tenía cola?.
—ibas a decir que era un demonio.
—Shujia...
Este fue tan solo el inicio de esta pequeña y extraña familia de campesinos que sin siquiera saberlo, ahora eran padres de la reencarnación del que alguna vez fue el gran sabio socia del cielo, también conocido como; El rey mono, Sun Wukong.
Continuará...
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broken wings and a caged heart. (Pausada).
FanficEl gran y hermoso rey mono, tan grande como el cielo nunca espero que cuando muriera (si es que moría) tendría tal predicamento como que su reencarnación este a la orden de Erlang Shen, sobrino del emperador de Jade y uno de los guerreros más podero...