｢ꜱᴀᴠᴇ ᴍᴇ」[Countryhumans X Reader]

Prólogo.

‹Ｒｅｃｕｅｒｄｏｓ›

Recuerdas perfectamente bien el momento en que naciste, sí.

Antes eras solamente una conciencia que no poseía una forma. Y fue como un '¡Pop!' y sin previo aviso (aunque estabas segura de que no había nadie mas en ese momento que pudiera avisarte) naciste.

Aunque al principio eras un desorden, poco a poco todo se fue asentando y llegaste a amar tu nueva forma.

Amabas cada parte de ti, desde tus bosques, tus mares, los polos, pantanos y los desiertos, eras simplemente perfecta, tan hermosa, pura y angelical.

Recuerdas lo hermosa que eras en aquel entonces, no es que no lo fueras justo ahora, solo... has cambiado, como todo lo que vive en ti. Cambia para bien... o para mal.

Recuerdas sentirte muy sola hasta que la primera forma de vida se originó, y tras él obtuvo muchas mas, todas tan diferentes y únicas a la vez, te encariñaste muy rápido con cada ser vivo que surgió y te aseguraste de brindarles todo lo que necesitaron para vivir, recuerdas lo mucho que te divertía verlos e intentar adivinar cuales serian sus siguientes pasos, verlos crecer, relacionarse entre aquellos que eran similares a ellos, juntarse en parejas, multiplicarse, y verlos perecer.

Recuerdas estar triste la primera vez, pero luego ya no. Entendiste que, así como ellos nacieron de ti, así mismo volverían a ti una vez que sus vidas se apagaran, por lo que cuando ese momento llegaba, los recibías con los brazos abiertos.

Entendiste que debía existir un equilibrio para que todos pudieran existir, por lo que no te entristeció cuando unos mataban a otros. Te llenó de pesar durante un tiempo, pero luego lo superaste.

Recuerdas la paz que reinó durante mucho tiempo, recuerdas como cada día nunca era aburrido, como siempre había algo nuevo que hacer.

Como todas las especies que vivían en ti estaban tranquilas, conviviendo en armonía y sin dañar el equilibrio, a veces los humanos hacían cosas que te lastimaban, pero eran pequeñeces que podían perdonar.

Todo en ella era paz, armonía, quietud. Si alguna vez ocurría algo malo, era justificado para mantener el equilibrio. Así que estaba bien.

Hasta que... eso sucedió.

Primero comenzó como un pequeño dolor, una incomodidad que ella creía que desaparecería después, entonces se intensificó violentamente con el paso del tiempo.

El fuego que alguna vez la había mantenido cálida y segura, que la había hecho sentir viva por dentro, ahora la quemaba por dentro, provocándole un dolor que ella nunca había sentido antes.

'¿Porqué?... ¡¿Por qué?! ' Llorabas una y otra vez, tratando de entender, queriendo que alguien te explique.

¿Por qué te lastimaban? ¿Acaso no sabían que tu eras la única capaz de permitirles seguir viviendo? ¿Acaso todo lo que ha dado por ellos nunca significó nada?

Y el dolor siguió, cada día, cada semana, cada mes, cada año, siendo peor cada vez, a veces se detenía por momentos, pero esas eran las veces en las que regresaba con mas fuerza y ​​brutalidad.

'Duele... duele... mucho... alguien, por favor deténgalo... hagan que pare.' suplicar Pero nadie te escucho.

Humanos crueles, tan crueles y arrogantes. No importó cuando les habías dado, cuando mas los necesitaste, ellos te ignoraron, hicieron oídos sordos mientras que tú lentamente te estabas muriendo.

Ellos demacraron; cortaron tus bosques llenos de vida en cenizas, ensuciaron tus mares, contaminaron tu aire, ahora incluso tus polos se se han convertido en las lagrimas que empapan tus mejillas.

A veces parecía que realmente se daba cuenta de tu dolor y querían ayudarte, pero eran muy pocos lo que se usaban en esa resolución, y sus esfuerzos se veían machacados por la carga descomunal de daño que los otros inconscientes provocaban.

Ellos reclamaban, decían que eras suyo , pero... ¿Por qué no te cuidaban entonces? ¿Por qué debías ser de ellos cuando no se preocupaban por ti?

¿Por qué debias seguir llamándote tuya?

¿Por qué deberías seguir dejándolos vivir en ti , si solo eran parásitos que arrasaban con todo lo que llegaba a sus manos?

Por eso, cuando te encuentres frente a aquellas entidades que representaban a la vida en ti no dudaste al decirles aquella sentencia: —Sino buscan salvarme, entonces los llevare conmigo a la extinción.