Capitulo 2.

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‹¿𝚀𝚞𝚒é𝚗 𝚎𝚛𝚎𝚜?›

Paso un tiempo antes de que ONU pudiera (o tuviera el valor) de volver a hablar: —Siento mucho que esas personas te hayan lastimado así, no te merecían.

—No lo hacen, ninguno de ellos lo hacen, pero los amo tanto. Los amo tanto que me duele su amor hacia mi.— Gimoteas, tratando de secar tus lagrimas, solo para que unas nuevas tomen su lugar. —No es justo, ¿De verdad crees que es justo, ONU?

El hombre retrocede unos pasos, sorprendido de haber escuchado su nombre proveniente de tus labios temblorosos y quemados.

—¿Cómo me conoce?

—Te conozco desde tu nacimiento, así como a todos ellos, a los que aun viven y los que ya partieron.— Finalmente levantas la cabeza, mirando al hombre fija y directamente a los ojos. se siente perdido en el rosa pálido de tus ojos. —Después de todo, todos ustedes nacieron, se nutrieron y viven de mi.

—¿Cuál es su nombre, señorita?— La organización esta cada vez mas confundida.

—¿No lo sabes? Yo pense que lo asumirias. Tengo muchos nombres, "Madre Tierra", "Diosa Natura", "Eorthe"...— ONU te escucho hablar ahora con mas calma, aunque las lagrimas aun siguieran presentes. —Los griegos me llamaban Gaia; en África, soy Nomokis, la gran madre.

››Soy Pachamama, Amalur, Atabey y muchos mas. Soy la vida a la que presencias cada vez que tus ojos se abren. Soy el vasto cielo bajo tu cabeza, la tierra bajo tus pies, el aire que llena tus pulmones.

››Soy todo eso, y a la vez, no soy nada, para ellos ya no soy nada.

Gimoteas, cuando el hombre vuelve a sentarse a tu lado recuestas tu cabeza en su hombro y èl no te dice nada, solo se acomoda mejor para que puedas acercarte mejor a èl.

—Vaya.— ONU luce conmocionado, pero enseguida recorra la compostura. Se dirige de vuelta a ti: —¿Esta bien para mi si solo te llamo Gaia?

—Hazlo como quieras.— Sigues secando tus lagrimas, él te extiende un pañuelo y lo aceptas a pesar de que esta empapado. —Siento mucho haberte llamado hasta aquí.

—¿Has sido tu?— Inquiere, con sorpresa te ve asentir. —¿Por que?

—Me encerré aquí para ya no ver el daño que me causaban, porque me negaba a creer que lo hicieran a propósito. Pero ha sido tan difícil de soportar, y estoy tan harta.

››Así que quise traer a alguien para que me escuchara, alguien que me consolara por ultima vez. Fue difícil porque la presión del océano aplacaba mi voz, así que nunca llegabas tan lejos cada vez que te llamaba, pero hoy si lo lograste.

ONU se mostró luciendo melancólico ante todo lo que le contabas y no se cerró mucho en seguir dándote consuelos, sin embargo una frase entre tu confesión llamo su atención y decidió cuestionarte al respecto.

—Espera, ¿Cómo que "por ultima vez"?

—...

No contestas su pregunta, te levantas, y por primera vez el country violo majestuosa de tu figura, con tu cabello verdoso y ondulado, cuyos mechones se movía en ondas gracias al movimiento de las aguas que los rodeaban a ambos; un par de ojos magenta que parecían dos cuarzos brillantes; tu piel brillosa y tersa, solamente siendo empañada por las marcas rojas que parecían tatuajes y una que otra cicatriz por ahí; y un pequeño par de extremidades aladas, que ascendían desde tu cabeza.

Por supuesto, todo en ella representaba a la vida, a una muy lastimada, pero seguía siendo vida.

—He decidido... extinguir al hombre.

「ꜱᴀᴠᴇ ᴍᴇ」[Countryhumans X Reader]Where stories live. Discover now