-¡Necesito ayuda!- Capítulo 8

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-Llamada entrante-


-¿Nary? 

-¡Hola!

-¡Me alegra tanto que llamaras! ¿Pensé que no lo harías? Jungkook lleva ya varios días aquí y aún no lo habías llamado... ¿Porqué?

-No estamos en muy buenos términos y como conozco a mi hijo sabía que se rehusaría ha hablar conmigo. 

-Tú y tus problemas, yo veo a Jungkook tan lindo y tan buen muchacho pero siempre tiene problemas contigo, ¿no entiendo porque Nary? 

-El problema es que es mocoso es molesto solo conmigo...Comentó fastidiada.

-No digas eso de mi sobrino, él es bueno pero tú eres muy dura con él.

-Deja de defenderlo y ponlo al teléfono que debo decirle algo importante. 

-Bien... Respondió Sana madre de Jaeh con una mueca en su rostro.

Sana siempre había considerado a su hermana como alguien demasiado exigente y poco agradecida, Nary desde niña había sido alguien perfeccionista, calculadora y estricta, cosa que demostraba muy bien con sus excelentes promedios, pero cuando creció y el padre de Jungkook llegó a su vida todo cambió para, el embarazo de Kimma había sido una sorpresa poco agradable para el sujeto que tiempo después se fue, dejando a su esposa y a su hija recién nacida, fue hasta un año después que volvió y ya que Nary estada completamente enamorada del tipo le dejó entrar luego de una corta explicación muy mal planeada; Sana sabía la historia y le seguía molestando como en aquel momento, ver sufrir a su hermana era terrible pero no podían ayudarla ya que ella estaba cegada por enfermizo amor. 

Unos años después del nacimiento de Kimma llegó el pequeño Jungkook, fue una alegría para todos menos para el padre ya que dividir la poca paternidad que tenía ahora en dos le parecía demasiado e incluso algo descabellado, las discusiones y peleas no paraban, el ambiente familiar poco a poco se volvía incómodo y tétrico, el poco amor que quedaba se derrumbó, hasta que el final tomó su rumbo sin ver atrás y nuevamente quedó Nary con sus hijos abandonados a su suerte. Sana comprendía que todo el dolor que su hermana había sufrido en el pasado era lo que repercutía en la actualidad, el odio, el trato frío y  la perdida de cariño que Nary poseía eran obra del pasado pero Sana esperaba un milagro para que los hijos de Nary no vieran el mismo túnel oscuro que su madre. 

Sin mucho que objetar, Sana subió las escaleras para darle su teléfono a Jungkook. 

-¡Jungkook, querido! 

-¿Sí tía?

-Tienes una llamada... Comentó mientras le daba el celular. 

-¿De quien? Preguntó Jungkook pero cuando su vista volvió a la puerta Sana ya no estaba...

-¿Hola? Preguntó

-Jungkook, ¿cómo has estado? Preguntó su madre de manera seca.

A Jungkook esa frase le parecía algo graciosa considerando que su madre sabía cómo se encontraba de terrible, en un país que no le gustaba, sin comunicase con nadie, siendo vigilado las 24 horas y sin Taehyung. Él estaba tan molesto que quería simplemente aventar el teléfono pero antes de poder hacerlo su madre volvió ha hablar.

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