𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 ⓵.

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«El amor un día le preguntó al odio, ¿Por qué odias tanto? Y el odio le respondió con dolor: porque un día amé demasiado.»

En la zona más lujosa de Bogotá, se encontraba la pequeña mansión de la familia Guzmán, la cual, ahora pertenecía a la única de sus descendientes. La joven dueña despertaba de un muy mal humor al darse cuanta que su esposa no se encontraba a su lado. Respiro hondo y se levantó para ir hacer su rutina diaria y poder darse una merecida ducha antes de concentrarse en la montaña de trabajo que la esperaba en su oficina esa mañana.

Al salir, fue directo al closet de su habitación donde se pudo poner unos boxers, un top deportivo, y uno de sus elegantes y lujosos trajes; tenía un pantalón negro que se asentuaba en los músculos de sus piernas, una camisa de color blanco que dejaba los músculos de sus brazos a la imaginación de cualquiera, un cinturón, una corbata de color roja y su saco de color negro. Combinó esto con unos zapatos de suela roja y tomando su celular salio dispuesta para ir a desayunar.

Su rostro se endureció aún más al ver a su esposa que recién llegaba a su habitación con algunas ojeras, como si hubiera pasado una mala noche.

—¿Por qué no dormiste conmigo? — preguntó Poché molesta, más por verla en ese estado que por otra cosa.

Calle respondió un poco nerviosa por el enfado de su esposa —Yo... E-estuve con Anto. Ayer te dije que estaba enferma y me quedé cuidando de ella — explicó.

—¿Llamaste a un médico? — preguntó dando pasos hasta estar más cerca de su esposa quien bajó la mirada.

—Lo hice, es solo dolor estomacal, pero yo...

—Si el doctor ya vino y la reviso no tenías porque quedarte con ella, no eres médico ni enfermera para quedarte atendiendola como si lo fueras — dijo aumentando su enojo.

—Entiende, es nuestra hija, pudo haberse sentido mal en medio de la noche — dijo Calle tratando de hacerle ver a su esposa su preocupación por su hija.

—Si el doctor ya la reviso y solo es un dolor estomacal significa que no es tan grave — volvió a repetir — esto es solo una excusa para no querer estar cerca de mi.

—Eso no es cierto — Poché la tomó con fuerza de las muñecas y la pego completamente a ella — ¡Auch! Poché me estás lastimando... Estaba preocupada por mi hija, es lo que una buena madre haría — se justificó.

—No me importa lo que haría una buena madre, eres mi esposa y tu deber es dormir a mi lado, así que no mala acostumbres a tu hija ¿Entendido? — exigió molesta y apretando su agarre.

—Si — dijo adolorida por la presión en sus muñecas y Poché la soltó para después salir de la habitación dando un portazo.

Después de escuchar el estruendoso sonido de la puerta cerrandose, Calle dejó salir libremente sus lágrimas; su vida era la misma rutina desde hace cinco años. Poché se molestaba por cualquier cosa y actuaba de esa manera, no había rastros de la chica que había conocido hace seis años cuando se casaron, esa chica amable y alegre que ella había herido hasta el cansancio con sus rechazon y constantes palabras hirientes.

¿Pero como ella podía fingir algo que no sentía?

Su corazón ya se encontraba ocupado por el amor de alguien más, Samuel. Si no hubiera sido por los malos manejos de su hermana ella no hubiera tenido la necesidad de haberse casado con Poché para poder salvar la empresa de su familia... Pero, si no lo hubiera echo en esos momentos no tendría a su pequeña Anto, su más importante tesoro, la niña que siempre le sacaba una sonrisa por más que su vida sea una mierda, ella era lo mejor que le pudo haber pasado.

𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑝𝑖𝑑𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑜𝑝𝑜𝑟𝑡𝑢𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑 ••𝐶𝑎𝑐𝒉𝑒́ 𝐺!𝑝••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora