❛❛❲🍨- 𝕰 ⨾⨾ 𝑺𝒉𝒊𝒔𝒖𝒊 𝑼 ִֶָ

291 33 6
                                    

ˑˑˑ- ̗̀ 𝑬́𝒓𝒂𝒔𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒛 ִֶָ ִֶָ ִֶָ ⸙

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ˑ
ˑ
ˑ
- ̗̀ 𝑬́𝒓𝒂𝒔𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒛 ִֶָ ִֶָ ִֶָ ⸙

Hace muchos miles de años, un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura.

Uno de ellos dijo:

Pronto serán creador los humanos, serán una perfecta obra divina, deberíamos quitarles algo, pero... ¿Qué?

Después de mucho pensar, uno dijo:

¡Ya sé! ¡Vamos a quitarles la felicidad! Pero el problema va a ser en dónde esconderla para que no la puedan encontrar.

Un tercero propuso:

Vamos a esconderla en la cima del monte más alto.

A lo que inmediatamente repuso otro:

No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno ya todos sabrán dónde está.

Luego otro propuso:

Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.

Y otro contestó:

No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará.

Uno más intervino:

Escondámosla en un planeta lejano a la tierra.

Y le dijeron:

— No, recuerda que les han dado inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que puedan viajar a otros países y la van a encontrar, y entonces todos tendrán felicidad.

El último de ellos era un duende que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes.

Analizó cada una de ellas y entonces dijo:

Creo saber dónde ponerla para que realmente les cueste muchísimo trabajo encontrarla...

Los duendes, asombrados, preguntaron al unísono:

¿Dónde?

El duende respondió:

La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera que algunos nunca llegarán a encontrarla...

La joven cerró el libro y alzó su mirada hacia los dos niños, quienes habían escuchado atentamente la leyenda, pero provocó dos reacciones totalmente opuestas en ellos. El menor tenía la cara iluminada ante el relato, y una enorme sonrisa surcaba su rostro. Mientras que mayor tenía una expresión de aburrimiento, actuando "adultamente".

— ¡Wow, supergenial! — voceó el menor.

— Wow, superestúpido. — imitó el mayor groseramente.

El más pequeño formó pucheros enfadados por la actitud de su hermano mayor, sin embargo, contra todo pronóstico, la joven mantuvo su expresión pacífica y le dedico una sonrisa al más grande, desconcertándolo.

— ¿Por qué piensas qué es estúpido? — le preguntó.

El niño no esperaba esa pregunta, y rápidamente pensó en una respuesta "razonable".

— Todos saben que los cuentos son solo inventos para alegrar a los niños... — murmuró por lo bajo, siendo escuchado por los presentes.

— Sí, tienes razón, eso es lo bueno de los mitos, ¿no? Pueden ser ciertos o no... Queda al criterio de cada quien.

Dejando pensando a los menores, la doctora se dispone a recoger sus últimas cosas para retirarse.

Saliendo de sus pensamientos, el menor pregunta: — ¿Va a volver mañana?

— Así es. — afirmó sonriente.

La despedida con los niños fue rápida, silenciosamente estaba apresurada, quería volver rápido para poder... Oh.

— Hey. — saludó el sonriente azabache.

— Hey... — saludó con la misma felicidad, pero un claro tono de sorpresa se distinguía. — Iba camino a casa.

— Bueno, pues pensé en recogerte e ir a una tienda cercana. Pensé en una noche de películas.

Sakura sonrió con amor. A pesar de tener ya años de noviazgo, Shisui seguía teniendo detalles románticos con ella todos los días, nunca daba por sentado su amor; seguía conquistándola como si fuera el primer día.

— Suena fantástico.

Con Shisui jamás hacía falta hablar, el silencio con él siempre fue cómodo y reconfortante, pero las conversaciones eran cuanto menos interesantes; la facilidad con la que se devolvía, su entusiasmo e intelecto siempre le fueron seductores a Sakura. Todo lo contrario a lo que era su clan. Si no tuviera el sharingan habría pensado que era adoptado.

— Sabes, los duendes estaban en un error.

— ¿Escuchaste todo eso? — no fue una pregunta, pero su tono dejaba distinguir un poco de incredulidad. Siguiéndole el juego a su novio, rebatió. — ¿Y en qué se equivocaban?

— Mi felicidad no está en mi interior. Lleva bata blanca, tiene cabello rosa y es la doctora más bella que he conocido. — el frío viento de otoño golpeó sus sonrosados rostros, sacudiendo de paso sus cabellos. Ambos detuvieron su caminar para contemplarse el uno al otro. — O ellos estaban equivocados o yo soy el error en la Matrix. — bromeó.

Sakura sonrió juguetona.

— Muy probablemente sea la segunda, mi amor. — deslizó sus brazos por arriba de los hombros contrarios, apegándose al cuerpo masculino dulcemente. Él en respuesta la apretó contra su cuerpo y depósito un dulce beso en su coronilla. — Algún día podremos caminar por la calle sin besuquearnos.

— Espero que no sea pronto.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─ ❝🍓:: 𝐀𝐁𝐂 ; ℍ𝕒𝕣𝕦𝕟𝕠 𝕊𝕒𝕜𝕦𝕣𝕒 ִֶָDonde viven las historias. Descúbrelo ahora