Todo para Lizzie ha ido por buen camino. Sus notas son destacables, consiguió un pequeño trabajo y aprendió a andar en bicicleta.
No podía pedir más.
Claro que en algún momento tuvo ciertas sorpresas un tanto desagradables, como, por ejemplo, no sé...
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- ¿Lista para las clases?
-Mas que lista- sonrío
- ¡Este es tu penúltimo año! - exclama papá -Luego llega la universidad y... ¡Dios!
- ¿Qué paso? - pregunte confundida
- ¡Que estas creciendo muy rápido, eso pasó!
Reí -Es la naturaleza, no puedes detenerla.
-Ojalá te vea graduándote de la universidad- se acerca a abrazarme
-Esperemos- respondo correspondiendo su gesto
-Y también espero verte en el altar, formando una gran familia.
Y ahí estaba otra vez
-Eso sí que no va a pasar- me separé
Papá llevaba sacando el tema desde que vimos un documental de maternidad y abrí mi gran bocota para dar mi opinión.
- ¿Por qué? - preguntó él
-Papá, tengo diecisiete años, esa no es mi mayor preocupación.
-Pero en algún momento...-
- ¿Podemos hablar de otra cosa? - me cruzo de brazos
Él suelta un suspiro alzando las manos en rendición y yo asiento satisfecha.
La verdad es que no me iba mucho lo de casarse. Aparte de amarrarte por el resto de tu vida a una persona, era el hecho de que yo jamás podré formar una familia.
Pero ese era otro tema.
- ¿Jonathan te llevará? - esa pregunta me sacó de mis pensamientos - ¿Pasa algo?
-No nada- sonreí -Y si, Jonathan me vendrá a recoger.
-De acuerdo- asintió papá. Volví a dar un mordisco a mi sándwich antes de que el sonido de un claxon apareciera -Parece que ahí está.
-Esta vez fue puntual- murmure tomando mi mochila -Bueno, me voy, ¿Te veo en la noche?
-En la noche- contesta él
Cierro la puerta detrás de mí para luego ir corriendo hacia el coche de Byers - ¡Buenos días!
- ¡Buenos días! - respondió él con confusión - ¡Cuanta energía! ¿Se puede saber por qué?
