La balada del Wendigo

Parte 1 - Cortejo

NOTAS:

Mi idea de esta historia era hacer algo oscuro y lleno de misterio étereo cómo el que me da la música que escogí para cada capítulo. Seelie de Clann es uno de mis álbumes favoritos.

Hace ya un tiempo tenía planeado escribir un m-preg pero no me ponía de acuerdo con la trama, no me parecía lo suficientemente oscura para incluir el aspecto sobrenatural que Hannibal nos entregó por medio de sus alegorías criptozoológicas. Había barajado el wendigo, el vampiro, el jiang shi, el goul y el omegaverse. Después por una publicación de Facebook que parecía que había leído mis negras intenciones con respecto a la tragedia de la historia me convencí de escribirla. Y precisamente con el wendigo para no irnos más lejos, aunque sin la parte del laboratorio clandestino.

El "malo" de la historia se podría decir -más allá de vestirse con el traje de una persona, es la sed de conocimiento y la búsqueda de poder.

Total, si vinieron a llorar conmigo por lo que escribí son bienvenidos camaradas fannibals.

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"¿Fantaseas con matarme, Will?"

"Sí"

"¿Cómo lo harías?"

"Con mis manos"

Defendía su casa con un viejo rifle, sus perros ladraban a la oscuridad de la noche. No podía ver quién o qué se ocultaba en el abrigo de las sombras, no obstante sabía que estaba ahí, observándolo...

Muchas veces la honestidad es la parte más sublime de una relación íntima.

La discreta sonrisa en el rostro del doctor Hannibal Lecter ocultaba sus verdaderas intenciones más no podía enmascarar por completo sus apetitos en presencia de su paciente predilecto. La hora del día y la semana que más esperaba.

Will, recién salido de psiquiátrico, había allanado su casa amenazándolo pistola en mano en su cocina por haberlo incriminado y mandado a prisión, sin embargo le había dicho que no iba a matarlo, no ahora que por fin lo hallaba interesante.

El psiquiatra estaba obnubilado por el cambio físico y mental qué la reclusión en el Hospital Estatal de Baltimore para Criminales Enfermos Mentales había obrado en él. La polilla emergió de la crisálida, sus alas secándose al viento listo para emprender el vuelo, solo necesitaba un pequeño empujón para ganar confianza, para ganar valor, entonces sería la magnífica criatura que estaba destinado a ser al haber nacido con ese potencial.

Era excitante ser un espectador al lado del camino cuándo aquella transformación se llevara a cabo. Y lo sería aún más si él fuera su detonador.

Will apareció pronto con el cadáver de Randall Tier cubierto por su exoesqueleto fabricado artesanalmente con el ingenio mecánico de un erudito en la materia, lo extendió a lo largo de la mesa del comedor. En muchos aspectos aquello parecía un regalo o un cortejo pues no es extraño observar en el comportamiento animal qué para buscar pareja se le ofrezca a la hembra alimento para demostrar que se es un buen proveedor. En este caso las cosas eran un tanto distintas. Will no era un proveedor, la diferencia de fuerza y experiencia entre los dos hombres era significativa. Lo que Will quería demostrar era que era un igual ante los ojos de Hannibal. Un tributo para una tregua. Por su recibimiento veía fructificar sus esfuerzos.

"Estamos a mano."

Hannibal permanecía impasible.

"Considéralo un acto de reciprocidad."

La sonrisa que Will le obsequió era sincera, no actuación.

"La sociedad educada normalmente coloca como tabú tomar una vida."