Capítulo III. Deseo.

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- III -

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Estiró los brazos en un amago de deshacerse de la rigidez que carcomía sus músculos y se apoyó sobre la pared con aire desenfadado esperando a que llegara Dabi.

Había llegado el primero como siempre. El paseo le había ayudado a despejar su mente, aunque todavía se sentía un poco inquieto. No obstante, la impuntualidad del villano le había regalado unos minutos adicionales de paz que intentó aprovechar.

Así pues, respiró profundamente ocupando todo el espacio de sus pulmones, aguantó unos segundos y exhaló todo el aire almacenado. Repitió este ejercicio varias veces hasta que consiguió engañar a su cerebro y reducir su nivel de estrés. Era un truco que le habían enseñado sus superiores cuando todavía era un aprendiz.

Pero ese estado de paz no duró mucho porque inmediatamente fue saboteado por un sentimiento de incertidumbre que comenzó a carcomer su raciocinio. Esa incertidumbre de no saber que iba a pasar envolvió su mente en una lluvia de dudas que no podía esquivar. La forma de actuar del villano era tan imprevisible que ni siquiera su propia experiencia y conocimiento podían hacerle frente. 

Estaba atrapado en un callejón sin salida.

Lo único que podía hacer era adaptarse a la situación que se le presentare e improvisar, pero para ello necesitaba estar relajado y mentalizado. Debía de apartar de una vez todas aquellas inseguridades que nublaban su juicio y saboteaban sus actos.

Pero por mucho que lo deseara, su cerebro no le obedecía, estaba atrapado en un caótico torbellino de pensamientos intrusivos. Seguía mostrándole cientos de miles de situaciones que podrían llegar a producirse.

De pronto, el recuerdo de Dabi semidesnudo sacudió su mente interrumpiendo esa cadena caótica de pensamientos. Se sintió extrañamente relajado, liberándole un poco del estrés. Así pues, dejó fluir su imaginación en un amago de distraer su atención en algo más agradable. 

No pudo evitar imaginarse a sí mismo sentado en la cama de aquella habitación, observando como el villano se desvestía delante de él, invitándole a que lo tocara. 

Aquella fantasía era agradable, pero insuficiente para silenciar su estrés. Volvió a concentrarse, no obstante, esta vez forzando una interacción entre los dos.

La parte de arriba del traje de Hawks había desaparecido. Esta vez estaba de pie, mirando fijamente a Dabi con una sonrisa burlona en los labios mientras posaba sus manos en los pectorales del villano. Lo empujó contra la cama, haciéndole caer sobre ella.

Su deseo de ver al villano siendo dominado por él se adueñó de su fantasía. 

Dio un salto en su fantasía. Esta vez se imaginó a sí mismo encima de él, probando el sabor de su cuello mientras se deleitaba de las expresiones de placer que le provocaba al villano. Se imaginaba como su cuerpo se retorcía debajo de él con cada mordisco, arrancándole un gemido tras otro. 

Mi mayor fan | DabiHawks (Boku no Hero Academia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora