El pelirrojo saltaba sobre el miembro del príncipe a medida que este embestía contra su trasero. Los gemidos llenaban por completo la habitación oscura dónde se encontraban, los susurros cargados de palabras obscenas y los golpes de la palma de la mano tatuada de Jungkook en sus sus nalgas le sumaban morbosidad a la situación.
El príncipe había extrañado ser el activo del pelirrojo, no porque cargara sentimientos por él, sino que la carga de responsabilidades que últimamente había caído sobre sus hombros estaba agobiandolo.
Viajar de Corea del Sur hacia América, luego a París y finalmente terminar en una reunión en Alemania en tan solo unos días no era sano, recomendable ni mucho menos envidiable. Pero estaba agradecido de que esa carga solo estuviera sobre sus hombros y no sobre los de sus hermanos.
Yugyeom gimió con fuerza cuando sintió el pene del contrario golpear con fuerza su próstata, haciendo que sus piernas perdieran la fuerza necesaria para continuar montando al pelinegro y cayendo sobre el pecho de este mientras lloriqueaba. Jungkook llevó sus manos hacia los glúteos de este, apretandolos y comenzando a moverlos de arriba hacia abajo, penetrandolo de manera lenta mientras escuchaba los agudos gemidos de su amigo.
— Jungkookie —gimió cuando sintió un dedo unirse al miembro que entraba y salía lentamente de él —. Ah... Más fuerte, Kookie... Así... ¡Ah!
Tanto el dedo como las caderas comenzaron a moverse con más fuerza, con movimientos poco coordinados y rapidez, buscando llegar al orgasmo de una vez por todas.
— Ya casi —susurró el pelinegro, que levantaba sus caderas despegandolas del colchón para hundirse en el pelirrojo —. Ah, ya casi... —repitió, el sonido de su celular hizo que frunciera el ceño. El molesto tono causó que se irritara, gruño cuando los toques en su puerta sonaron con fuerza, y la voz de los guardaespaldas resonó tras ella — ¡Mierda! ¿¡Qué!? —gritó, empujando a Yugyeom de encima suya y dejándolo sobre la cama sin cuidado alguno.
La puerta se abrió y uno de los hombres que solía acompañarlo entró por ella al mismo tiempo que tomaba su celular y leía con rostro neutro los mensajes de su guardia.
— Majestad —el hombre se inclino ante el príncipe, a quien parecía no importarle estar desnudo, parado al lado de la cama dónde su amante se vestía con rapidez —. La reina ha pedido que se presente en el palacio lo antes posible, ha ocurrido algo, majestad... Su padre, el rey...
— Murió —dijo el pelinegro, intentando esconder una sonrisa. El guardia asintió, acostumbrado al constante desagrado de Jungkook hacia su padre —. Preparen todo, saldremos hacia Corea de inmediato —le ordenó, salió de la mensajería para entrar a Twitter y revisar las noticias, sorprendiendose ante el hecho de que su madre ya había comunicado a la prensa sobre el deceso de Baekwan.
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HEREDEROS. TK [AU FACEBOOK]
FanfictionCuando la inevitable guerra de las cinco décadas llevó a la separación de los estados de Corea del Sur, tres de las grandes familias se hicieron del poderío y las coronas más importantes, absorbiendo las demás ciudades a un estado divido en tres: Lo...