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El gran salón se encontraba repleto de figuras políticas, ídols y miembros de la farándula reconocidos.

La familia real de Busán se había encargado de invitar a toda persona influyente al funeral del rey Baekwan y, muy para el pesar de Jungkook, los miembros de la triarquía habían llegado antes de lo esperado.

Apenas había puesto un pie en su reino cuando las obligaciones llegaron de repente. Su madre, la reina viuda, había organizo en su gran mayoría los asientos, cámaras y vestimentas que los príncipes usarían durante la ceremonia del antiguo rey, mostrando una vez más que a pesar de ser una mujer que vivió en la sombra de un rey, podía desempeñarse muy bien en cuanto a asuntos monárquicos se tratasen.

— Príncipe Jungkook —escuchó Jeon a sus espaldas, giró sobre sus pies y se enfrentó a la imagen del rey de Seúl acompañado por su hijo mayor Seokjin y su segundo hijo Hoseok.

— Majestad —respondió Jungkook haciendo una leve reverencia.

— Lamentamos mucho la pérdida de su familia —dijo el hombre —. Baekwan era un gran amigo de nuestra casa, es verdaderamente triste que muriera de esa manera tan solitaria. Ningún rey merece perecer en esas condiciones.

Jungkook bufó, pensando totalmente lo contrario, pues la muerte de su padre había sido como siempre la imaginó: fría, solitaria, demostrando una vez más que ante el pueblo siempre un hombre de gran corazón, pero un verdadero tirano para con su familia.

Jeon Baekwan había muerto en la soledad y oscuridad de su habitación, durante la madrugada, sin la compañía de su esposa u hijos.
Sin embargo, Jungkook sabía lo que debía responder.

— Así es, majestad. Padre merecía morir en compañía de sus hijos, rodeado de la gente que lo amaba —fingió tristeza. Seokjin, detrás de su padre, sonrió con burla disimulada.

— Entiendo tu pesar, hijo —dijo el hombre —. Sin embargo debes mirar hacia delante, eres el próximo rey de Busán, tu pueblo depende de tu cordura, disciplina y madurez para continuar siendo lo que es hoy.

Jungkook asintió, sonrió levemente conteniendo sus ganas de mandarlo al demonio.

— Haré mi mejor esfuerzo para no fallarle a mi pueblo, majestad. Y espero contar con su apoyo y lealtad a la hora de tomar la corona —le dijo —. Si me disculpan, debo dedicarle unas palabras a mi querido padre.

El hombre y sus hijos asintieron, dejando que Jungkook pueda salir de la molesta reunión con aquel rey estúpido. Incluso tratar con Seokjin, o el idiota de Hoseok, era más entretenido.

Jungkook llegó hacia sus hermanos, quienes rodeaban de manera protectora a su madre. Una vieja costumbre que habían adoptado cuando eran tan solo unos niños; proteger a su madre de los ataques de Baekwan.

— ¿Qué quería el anciano? —preguntó Jimin cuando hubo llegado hacia ellos.

— Lo mismo de siempre —respondió, apretando los dedos sus manos hasta hacerlos sonar —. Charla, consejos y luego internar meter a alguno de sus hijos en mi cama.

— ¿Sabe que eres pasivo? —preguntó burlón Yeonjun, recibiendo un pellizco por parte de Hyuna — Perdón, madre.

Jungkook sonrió de lado.

— Soy versátil, imbécil —le dijo molesto, sonriendo con falsedad —. Pero cómo vas a saber lo que significa, nunca has metido tu polla en algo que no sea tus juguetes.

Yeonjun frunció el ceño molesto, Jimin soltó una risita y Hyuna negó cansada.

— Ni siquiera en el funeral de su padre pueden comportarse —regañó la mujer con mirada dura —. Cierren la boca y muestren respeto, sigue siendo su padre y el antigüo rey.

HEREDEROS. TK [AU FACEBOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora