Esta es la historia de una joven que buscara su lugar en una de las obras que tanto aprecia, One Piece, ganando fama y respeto en el mundo de la pirateria, seguira el camino que emocione su corazón siendo fiel a sus propios ideales, buscado recupera...
Al subir al Moby Dick no me esperaba ese tipo de conversación pasó tan rápido que ella ya se había ido lo que causó que Daiki sea víctima de las preguntas.
—¿Desde cuando estas con Karai? Pregunto Vista.
—Hace tres años. Respondió mientras seguía mirando hacia donde ella había ido.
—No te estreses nada le pasara. Comentó Izo. Después se escuchó las palabras de padre. El dio un suspiro de resignación.
—¿Puedo ir a un espacio para practicar? Pregunto.
—Si puedes ir al fondo. Contestó Rakuyo. Desde que empezó solo para para hidratarse, de la nada sacó una espada y practicó sus posturas una y otra vez.
—Amigo tomate un tiempo y come un poco de nada sirve si te desmayas. Dijo Thatch mientras le entregaba una bandeja de comida.
—Gracias, Thatch ¿Verdad? Le contesto mientras aceptaba la merienda.
—Deberías descansar, te puedo mostrar el Moby Dick. Ofreció Thatch.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Le agradezco pero mejor seguiré. Respondió mientras daba otro bocado.
—¿Por que tanto apuro? Pregunto Thatch.
—Yo quiero proteger a mi Maestra pero como puedo hacerlo si ella es más fuerte que yo. Respondo mientras miraba su anillo.
—Si soy sincero me enviaron para ver si Karai tenía intención de quedarse o que si pudieras hacer algo pero no vine por eso.
—No haré nada que la señorita no desee. Respondió sin dudar.
—Eres muy leal ¿A qué se debe tanta devoción? Le pregunto Thatch, al parecer no era el único que estaba escuchando.
—Si estoy con ella no me importa la gente ya que es mi maestra, salvadora, mi tutora y referente, lo daré todo. Dijo serio.
—¿Salvadora? Cuestiono Thatch.
—Le debo mi vida por eso no puedo dejar que piense que no puedo ser más fuerte. Dijo con determinación.
—De seguro que ella no quiere que te sobre exijas. Comentó Thatch.
—Si, siempre nos regaña por eso, es agradable cuando alguien se preocupa por ti. Dijo con una pequeña sonrisa.
—Tengo entendido que ayudas con los pacientes, es lo que te gusta o hay otra cosa. Platicó Thatch.
—Por cierto solo soy fiel a mi Maestra. Dijo mientras nos miraba —Mi vida está a su lado y el trabajo es solo una excusa. Respondió.
—¿Que te gusta tanto de ella? Pregunto Thatch extrañado.
—Todo de ella, su gracia, su persona, su aroma inolvidable, solo estaré tranquilo si respiro su aire. Dijo con emoción.
—Dijiste que te salvó la vida, puedo saber. Cuestiono Thatch.
