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Suspiró con tristeza y entró a la habitación de Inosuke, abriendo los ojos como platos al ver a su solecito sentado en el regazo de su novio, quien lo sujetaba del trasero, mientras su hijo abrazaba su cuello y compartían un beso de lengua.

-Si van a hacer cosas cierren la puerta, exhibicionistas.- Se burló Douma de los quinceañeros al tiempo de salir de la habitación y caminar a la sala.

Su pequeño bebé estaba tan grande. Tenía tanto miedo de perderlo, pero no podía retenerlo para siempre en una jaula de cristal y aislarlo del mundo. Aunque también temía por la seguridad de su pequeñito.

Ya era hora de hablar acerca de la caperucita y el lobo feroz.

Cuando los adolescentes salieron sonrojados de la habitación, Douma tomó la mano de Inosuke, mientras con la otra mano agarró el bolso de ropa del menor y comenzó a caminar, siendo seguidos por Zenitsu.

-¿Qué te dije del rayito?- Preguntó Douma a su hijo al ver de reojo como Zenitsu lo tomaba de la mano.

-Que no lo aceptara porque tenía pinta mala, ya se.- Respondió el menor rodando los ojos.

-¿Pinta mala?- Preguntó el rubio sintiéndose ofendido.

-De que quieres a mi peque por su cuerpo y lindo rostro.- Respondió el ojiarcoiris viéndolo seriamente.

-Se equivoca, yo amo a Inosuke. Lo amo desde que teníamos cinco años y nos conocimos y por fin después de diez años nos dimos cuenta que nuestro amor es de pareja.-

-Ciegos.- Pensó Douma y luego miró hacia atrás al sentir una mirada en su persona, pero al voltear no había nadie.

-¿Qué pasa papá?- Preguntó Inosuke viendo hacia atrás curioso.

-Yo... Creí sentir que alguien me seguía. Me siento raro... Estoy así desde que tuve un incidente en la mañana.- Suspiró aliviado el Loyola y volteó a ver al frente.

-Tal vez es por su empleo de actor señor Douma.- Habló el rubio.

-Es verdad papá. ¿Y si renuncias y buscas otro empleo?- Preguntó Inosuke viéndolo curioso.

Douma miró al frente viendo seriamente los autos moverse por la luz verde. Afortunadamente los dos pensaban que era actor y no actor porno. Y ya había intentado dejarlo hace años cuando supo que sería padre, pero por su seguridad tuvo que quedarse.

Volteó a verlos sonriendo dulcemente y acarició la mano de su hijo. -Si pudiera ya lo hubiera hecho peque.-


Michikatsu sonreía radiantemente viendo a través de su monitor lo que su dron grababa y con los auriculares escuchaba todo.

Al parecer ese hermoso culón notó su presencia, así que tuvo que esconder un momento al dron con el camuflaje, por lo que decidió dejarlo así con el camuflaje de invisibilidad.

Hizo un llamado y sonrió radiantemente. -Señor presidente... Soy yo. Tengo una magnífica idea para Halloween.-

El peliplata merendaba con su hijo y nuero en la cafetería mientras se sentía raro. Se removía inquieto en su lugar y miraba para todos lados sintiéndose inseguro.

Nadie lo miraba, pero se sentía observado de pies a cabeza y eso lo ponía tan nervioso como incómodo. Solo quería correr a casa y esconderse bajo su cama.

Tenía un mal presentimiento, como si algo horrible fuera a ocurrir en cualquier momento y eso le ponía los pelos de punta.

Pornstar (+18) [MichiDou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora