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Douma se removía frotándose los párpados comenzando a despertar. -Buenos días mi bello durmiente.- Susurró una voz ronca en su oído mientras lo abrazaba posesivamente por las caderas.

El peliplata se tensó abriendo los ojos como plato, viendo justo en su rostro dos enormes y musculosos pectorales. Un hombre sumamente musculoso lo sujetaba por las caderas, cubriendo su escultural cuerpo únicamente en un boxer negro que no dejaba nada a la imaginación. Bajó la mirada y notó no solo que vestía únicamente su tanga blanca, sinó que también noto el hecho de que sus brazos rodeaban tímidamente al pelinegro del cuello.

-¡TU SUELTAME AHORA MALDITO HIJO DE PUTA!- Se dirigió al hombre de máscara de seis ojos mientras pataleaba y le daba puñetazos que fácilmente esquivaba o recibía.

-Ya ya, tranquilo mi Dou, soy yo.- Se quitó la máscara dejándole ver su rostro.

El alarido de terror de Douma fue tan agudo que hasta los robots de Michikatsu que estaban en el sótano se taparon las orejas. -¡ERES UN MALDITO ENFERMO!-

-Prefiero el término psicológicamente inestable para realizar una vida rutinaria.- Sonrió dulcemente acariciando el cabello de su Douma, recibiendo arañazos por parte del contrario. -Anda, no seas malo mi Dou. Bien que te encantó cuando te donaba todo mi dinero.- Besó cariñosamente su mentón mientras se aferraba a sus caderas. -Déjate llevar, no quiero tener que drogarte o amarrarte, al menos amarrarte no aún.-

-¡VETE A LA VERGA MALDITO HIJO DE PUTA!- Sus muñecas fueron fácilmente sujetas por el mayor, quien volteó hasta quedar encima suyo y someterlo. -¡SUELTAME ENFERMO DE MIERDA!¡HARÉ QUE TE PUDRAS EN UN PUTO MANICOMIO!-

Michikatsu reía con ternura mientras comenzaba a besar su mentón. -Qué lindo que te vez ladrando~ Eres como un perrito pequeño~ Solo ladras y tu mordida no lastima~-

-¡TE VOY A MORDER EL PENE CABRON!- Gritó furioso mordiendo con fuerza la oreja de Michikatsu.

Un jadeo de placer escapó de los labios del mayor, disfrutando los hermosos dientes del peliplata clavarse en la carne de su oreja hasta hacerla sangrar y dejarla inflamada.

Douma lo soltó asqueado, no solo por el sabor de su sangre, también por el jadeo del mayor al disfrutar. -Que puto asco joder.- Hizo una mueca de desagrado y escupió saliva mezclada con sangre del pelinegro a un costado.

El ojinegro comenzó a reír con ternura mientras apretaba la muñeca izquierda de Douma. -Me toca.-





Inosuke reía animado yendo de la mano de Zenitsu al auto mientras que el robot de Douma sonreía tranquilo estando sentado en el asiento delantero. -Vamos chicos, es muy tarde ya.-

-Papá que- Hipo. -Que raro que el alcohol no te hizo nada.- Mencionó Inosuke algo mareado viendo como su novio abría la puerta trasera.

-Es verdad suegrito, usted siempre- Hipo. -Siempre cae primero y tiene que llevarnos un uber.-

-Pues... Parece que hoy quise ser el conductor designado.- Sonreía tenuemente hacia los menores que ya estaban dentro del auto con la puerta cerrada.

Inosuke tragó saliva algo asustado ante la sonrisa amable pero aterradora de su padre y cerró los ojos apoyando la cabeza en el hombro de su novio.

Zenitsu sonrió incómodo ante la nueva sonrisa de su suegro y abrazó a Inosuke por la cintura cerrando los ojos.






Douma pataleaba enojado al sentir a Michikatsu succionar uno de sus pezones con deleite mientras con una mano sujetaba sus muñecas y con la otra pellizcaba el otro pezón.

-Mmm~- Disfrutaba el pelinegro entre jadeos a su víctima mientras bajaba la cadera y le frotaba la erección en los muslos, la cual se apretaba bajo su boxer.

-¡BASTA HIJO DE PUTA!¡DÉJAME IR MALDITO CABRÓN!- Gritaba furioso el peliplata.

-Silencio cariño.- Susurró Michikatsu dándole una fuerte nalgada para luego arrancarle los boxers. -Es hora de divertirnos~-

Fin.




¿o no?


Continuará en: Secuestrado por un Psicópata.

Pornstar (+18) [MichiDou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora