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Michikatsu retrocedía hacia su auto mientras sentía a Douma patalear cada vez más despacio mientras sus arañazos se hacían más débiles. -Tranquilo cariño~ Solo te dormiré para que no te aburras~ Tendremos un viaje muy muy largo~- Dejó un beso en el cuello del contrario sintiendo como al poco tiempo se quedaba profundamente dormido entre sus brazos. -Al fin eres mío~- Sonrió radiantemente subiendo al asiento de atrás dejando al ojiarcoiris en su regazo mientras observaba a su robot peliverde de ojos verdes. -Rápido Vid, tenemos solo cuatro horas hasta que el cloroformo deje de hacer efecto.- Ordenó Michikatsu acariciando embelezado la cintura de Douma mientras veía su rostro relajado al dormir.

-Si amo.- Contestó Vid para luego encender el auto y comenzar a conducir a rápida velocidad.

Lo bueno de esa fiesta es que no había nadie en la calle, tan solo algún que otro Policía, pero no les dirían nada ya que tenían órdenes de Shinazugawa de no frenarles, es más, debían abrirles el paso si llegaba a haber otro auto en la calle.

Lo que Michikatsu ya deseaba era tener a su amado en el lugar hermoso que le preparó en el sótano.

Douma se removía frotándose los párpados comenzando a despertar. -Buenos días mi bello durmiente.- Susurró una voz ronca en su oído mientras lo abrazaba posesivamente por las caderas.

El peliplata se tensó abriendo los ojos como plato, viendo justo en su rostro dos enormes y musculosos pectorales. Un hombre sumamente musculoso lo sujetaba por las caderas, cubriendo su escultural cuerpo únicamente en un boxer negro que no dejaba nada a la imaginación. Bajó la mirada y notó no solo que vestía únicamente su tanga blanca, sinó que también noto el hecho de que sus brazos rodeaban tímidamente al pelinegro del cuello.

-¡TU SUELTAME AHORA MALDITO HIJO DE PUTA!- Se dirigió al hombre de máscara de seis ojos mientras pataleaba y le daba puñetazos que fácilmente esquivaba o recibía.

-Ya ya, tranquilo mi Dou, soy yo.- Se quitó la máscara dejándole ver su rostro.

El alarido de terror de Douma fue tan agudo que hasta los robots de Michikatsu que estaban en el sótano se taparon las orejas. -¡ERES UN MALDITO ENFERMO!-

-Prefiero el término psicológicamente inestable para realizar una vida rutinaria.- Sonrió dulcemente acariciando el cabello de su Douma, recibiendo arañazos por parte del contrario. -Anda, no seas malo mi Dou. Bien que te encantó cuando te donaba todo mi dinero.- Besó cariñosamente su mentón mientras se aferraba a sus caderas. -Déjate llevar, no quiero tener que drogarte o amarrarte, al menos amarrarte no aún.-

Pornstar (+18) [MichiDou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora