Capítulo 7 "El lado positivo de la muerte"

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Bienvenidos sean todos, sin más preámbulos comenzamos con el capítulo final de Konohalipsis.

Narración general

OCHO DÍAS Y SIETE HORAS DESDE EL PRIMER CONTACTO...

Lee no deseaba morir, por lo que miró al resto de personas en el helicóptero en busca de alguien que intercediera por él.

En ese momento el sonido de un disparo se produjo y Lee cayó muerto del helicóptero, todos voltearon a ver quién había sido y ahí estaba Megrez con pistola en mano, apuntando hasta dónde hace un momento estaba un suplicante Lee.

—¡¿Qué?! Alguien tenía que hacerlo— dijo sin más Megrez olvidándose por un momento de toda la muerte y destrucción que estaba a su alrededor.

En eso más disparos los hicieron a todos reaccionar, se trataba de Hideku, quién incapaz de levantarse de nuevo, disparaba a los zombies que podía para darles tiempo.

—¡Váyanse ya!— gritó Hideku sabiendo que en cualquier momento se quedaría sin balas.

Las hélices del helicóptero ya giraban más rápido.

—Treinta segundos más y podremos despegar— anunció Temari y ya todos se acomodaban en sus asientos listos para partir.

Ahora todos miraban a Megrez y a Naoki que estaban parados junto al helicóptero sin decir palabra alguna.

—Verán... ya no hay lugar en el helicóptero y...— trató de hablar Gaara, pero fue interrumpido por Megrez.

—No hace falta que digan estupideces, lo entiendo perfectamente. Sin drama, solamente tomen esto— Megrez les pasó su mochila negra con todas sus provisiones—, seguro que les servirá de algo a dónde quiera que vayan.

Megrez ahora caminó del otro lado del helicóptero para ver Firem.

Karito lo miró algo reacia, después de todo Megrez era el terrible asesino y criminal que tanto trabajo les había costado capturar.

—Firem, si te sirve de algo quiero darte mi más sincero pésame por lo que le sucedió a Yodo, y me disculpo por lo que el idiota de mi medio hermano le hizo a tu otra hija— le dijo Megrez quién sacó un cigarro y lo encendió.

—Acepto tus disculpas, aunque no haya sido cosa tuya, con tu hermano ya quedamos a mano— le respondió Firem.

—Sí lo sé, ví su cadáver tirado allá atrás— respondió Megrez de forma tranquila.

—No sabía que conocías al idiota... digo, a Firem— afirmó Naoki viendo la escena.

—Te dije que yo conocía su oscuro pasado, uno que la agencia de policía de Suna se encargó de sepultar muy bien si ni siquiera el gran Naoki alto mando de los Yakuza pudo descubrir. Hace muchos años, antes de que Firem conociera a Karito él y yo vivíamos en la calle, ambos huérfanos, yo ya era adulto claro, robamos mucha comida diariamente para vivir, el problema fue cuándo empezamos a vivir para robar, ahí fue cuándo todo se fue al diablo, a sus dieciséis años Firem fue arrestado y sentenciado a tres años de prisión, al salir de la misma se alistó en la fuerza, pues se dieron cuenta que podía ser un elemento valioso. Apesar de que en aquél entonces Firem no era más que un niño, éramos buenos amigos y el me prometió que si algún día se volvía padre yo sería el padrino del primer hijo o hija que tuviera, claro que al final todo acabó como acabó y el mocoso Nara de Shikamaru se volvió el padrino de la primera hija de Firem, pero yo jamás me dejé de ver como tal. Antes de ser los más acérrimos enemigos, Firem y yo fuimos buenos amigos. En fin, adiós antiguo compañero de robos y posterior verdugo en mi captura, cuida a tu familia, no dejes que tu hijo se quede igual que nosotros, huérfano— Megrez preparó una última pistola que tenía como reserva y se fue junto a Hideku para ganar algo de tiempo.

Konohalipsis [ShikaTema y más] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora