|Cap ₆|Visita inesperada.

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—¿Ya se han hecho una idea de lo que presentarán para la exposición artística? —pregunta la profesora Hyo Ri.

Y la verdad es que no.

Bueno, sí, quizá una idea.

Sólo una pequeña idea.

Una vaga y para nada importante idea.

¡Es sólo eso! Nada más que eso...

Me avergüenza parecer un intenso. Según mis conocimientos, hoy en día las personas no se encaprichan de otras en tan poco tiempo. Sólo la conozco desde hace... ¿dos días?

¡Dos días! Sólo han pasado un poco más de cuarenta y ocho horas y yo ya estoy pensando en convertir a ___ en la inspiración personal que necesito.

Ella no lo permitiría.

Porque ella tiene a ése tal novio que hoy besó.

Qué fastidio.

Ni si quiera hacen bonita pareja. Sus labios no calzan como los protagonistas de una película, sus cuerpos no coordinan los mismos movimientos, menos sus manos. Es como si fueran dos piezas mal puestas dentro de un rompecabezas.

O peor aún, piezas de uno distinto.





•••





Lanzo mi mochila al sofá de casa y camino por la sala, sin intenciones de buscar a mi abuela y saludarla. No quiero que me vea así, no obstante, no soy muy discreto que digamos.

—¿Jungkook? ¿Ya estás en casa, cariño? —pregunta ella desde la cocina, probablemente luego de haber escuchado el inmenso portazo que acabo de protagonizar.

Repito, no soy muy discreto.

No le respondo y sigo caminando, casi llegando a las escaleras.

—¿Jungkook?

Oh, ella entró a la sala como yo.

No me queda más opción que darme la vuelta y mirarla, con los hombros decaídos. La mayor me examina muy detalladamente, eso hace cuando activa su radar de bruja, aunque ni si quiera creo en las brujas. La verdad es que no creo en muchas cosas, a pesar de ser una estrella.

Apenas tengo conocimiento de Dios, aquel ser todo poderoso que nos creó a todos.

—¿Qué ha sucedido? —se acerca unos pasos.

—Nada —le digo.

Y muy pronto el celular en mi mano comienza a sonar, la pantalla se enciende y nuevamente tengo la desgracia de leer su nombre. Ni si quiera me gusta tenerla registrada, pero eso evita que le atienda las llamadas.

Cuelgo y vuelvo a la conversación.

—Jungkook...

—Estoy bien, sólo es una exposición de arte que me tiene estresado.

—¿Es eso lo que te tiene de mal humor?

—No.

—¿Entonces?

Me quedo en silencio, y es que ni si quiera yo comprendo lo que me sucede.

—Hijo, sabes que puedes confiar en mí —esboza una sonrisa de ésas amables que siempre me regala.

—Lo sé... —me quedo con la vista pegada en el suelo.

Me niego a decirle que me siento enfermo. ¿Tener un interminable calor en la cabeza y un remolino en el estómago, puede considerarse como enfermedad? Todo comenzó esta mañana, y no creo que sea por haber amanecido bajo la lluvia.

Luminisencia | JJK [+21] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora