02 | Me he ahogado y soñado con este momento...

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UN HOMBRE RUBIO PLATINADO CAMINABA CON PASO PODEROSO HACIA GRINGOTTS, era la mañana del treinta de diciembre de 1996 y el momento perfecto para que nadie en el callejón reparara en sus formas. Una niña pequeña de rasgos comunes iba a su lado, sujetando su mano como si no quisiese perderse y sonriendo como un ángel mientras miraba a su alrededor.

Nadie vio nada raro en ambos portadores de magia.

Sin embargo, ninguno se imaginaba que en cuanto llegaran a las puertas de Gringotts y un tal Gerente Ranclow los viera, inmediatamente alertaría al Rey Goblin y su hijo, quienes estaban listos para la última partida del juego de ajedrez que había comenzado décadas atrás.

A la niña le divertía profundamente el miedo en los rostros de algunos goblins, seguramente el chisme de cómo Lord Muerte había acabado con sus hermanas habría corrido entre los seres mágicos que seguían la tradición más de cerca.

Tener al mismo Dios caminando por los pasillos de su banco junto a ella debe causarles temor en sus corazones.

- Es muy bueno verte nuevamente, Princesa Peverell, veo que tuviste mucha más suerte esta vez. - la voz ronca del Rey resonó entre los muros de la oficina. - Lord Muerte, es un placer tenerlo en nuestros pasillos.

- Estoy seguro que así es, rey goblin... - Thanatos arrastró las palabras y se relajó en su asiento. - El tiempo es oro, como dicen ustedes, así que iremos directo al grano.

- Como usted diga, mi Lord Muerte. - respondió de manera rápida el goblin.

Thanatos asintió y comenzó a enumerar lo que necesitarían.

- Mi amante necesita pruebas completas de Herencia, salud y todo lo demás, y que sus sanadores se ocupen de quitar todo en consecuencia. Quiero que su verdadero nombre, padres, fecha de nacimiento y herencias sean registrados lo antes posible para que Albus Dumbledore o cualquier idiota del Ministerio pueda impugnar su reclamo cuando se sepa de la muerte de Harriet Jamie Potter.

El gerente Ranclow se movió detrás del escritorio trayendo todo lo que necesitaría para acatar las peticiones del hombre frente a ellos.

- Venga por aquí, Princesa Peverell, siete gotas de sangre en cada pergamino nos dirán todo lo que necesitamos. - habló el goblin con brusquedad típica de su raza.

- Gracias, Maestro goblin. - inclinó la cabeza con agradecimiento genuino y se dispuso a ello mientras Thanatos seguía hablando.

- Necesito identidades para mi, con el nombre de Athanasius Thanatos Mortem, Lord de la Casa Mortem, y todo lo que pueda necesitar al respecto. - siguió hablando mientras vigilaba a su amor, sin querer perderla de vista. - También necesitamos las carpetas con toda la información de los Señoríos que aparezcan en la prueba de Herencia de mi amante.

Ranclow maldijo en galimatías mientras observaba las pruebas de la niña frente a él, porque eso era a pesar de la edad mental que tuviera, y se preguntó qué clases de monstruos dejarían que un niño mágico fuera tratado de aquella manera.

- Si me sigue por aquí, Princesa Peverell, nos aseguraremos de que reciba la atención que necesita. - su mirada se dirigió a los ojos fríos de la entidad mortal. - La cuidaremos, Lord Muerte.

- Eso espero. - dijo mortalmente, antes de besar la frente de la pelirroja y dejarla fuera de su vista por unos momentos. Una sonrisa astuta apareció en sus rasgos pálidos. - Quiero la ubicación de la isla, Rey Goblin, es el momento de utilizarla.

Los goblins que estaban buscando el papeleo, el Rey y su hijo, detuvieron lo que sucedía a su alrededor. Sabían que si la Muerte estaba pidiendo la vista de la isla ahora, era porque algo grande se avecinaba, y no era algo de poca importancia como la guerra contra un Señor Oscuro como Lord Voldemort.

ROYALTY ➖  TMR & MORTEMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora