01 | He tenido un corazón frío, pero a penas estoy comenzando.

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DESPERTAR NUEVAMENTE NO HABÍA SIDO TAN PLACENTERO COMO LA SEGUNDA VEZ. Tener que volver a habitar el cuerpo de "Harriet Potter" la hizo sentir enferma del estomago, con la bilis empujando hacia arriba para poder derramarse en el pequeño y estrecho armario donde seguramente la habían encerrado hace días, si el hambre en su estomago y las heridas a medio curar por su magia dijeran la verdad.

No recordaba mucho más de su segunda muerte, no recordaba haber tenido una charla con Thanatos nuevamente, y tampoco recordaba que hubiese una oportunidad de un tercera vida.

Si tuviera que decirlo sinceramente, estaba muy cansada de esto. Durante las últimas dos vidas había sido puesta detrás de hombres con poder que pensaron que lo que estaban haciendo por el mundo era mucho mejor de lo que la realidad decía, y terminaron con un solo final posible: ella muerta

Si bien, Marvolo la trataba como un igual y su esposa más amada, debía admitir que el poder siempre se le subiría a la cabeza y tenía demasiado orgullo para admitir que estaba equivocado cuando las cosas salían mal, lo que fue aún peor con sus dificultades para entender las emociones humanas y tomar decisiones en base a ellas.

Ella tenía muchas emociones, y él no tenía ninguna, fue por eso que se complementaban tan bien pero el motivo por el que también chocaban constantemente.

Sin embargo, a pesar de todo, amaba a Marvolo Riddle con una ferocidad nacida de un dragón, él era su llama y un trozo de su alma siempre sería suyo. Su matrimonio había sido feliz, lleno de amor a pesar que la palabra nunca fue pronunciada de sus labios; y también aceptación, porque ambos sabían sobre la oscuridad profunda que tenía el otro en sus huesos y no rehuían de ella.

Pero ya no podía depender de aquello.

Fue por eso que, cuando notó el aura oscura fuera de su armario, abrió los ojos que previamente habían sido cerrados con fuerza y brillaron determinación. Era hora que aceptara el dragón que vivía debajo de su piel, y viviera como tal. Ya no aceptaría la demanda de las ovejas que estaban por debajo de ella.

El verdadero juego comenzaba ahora.

***

- Mi amor... - pronunció Thanatos en cuanto abrió la puerta del armario y vio a la pequeña niña pelirroja y herida dentro, observándolo con ojos grandes, brillantes y de un hermoso color verde esmeralda.

Hace mucho tiempo que la entidad no veía la apariencia original de su amante, a pesar de que esa apariencia había sido un truco para fomentar las ideas de poder de Albus Dumbledore. El cabello rojizo y los ojos esmeraldas, junto a las pecas en su nariz, ya no parecían pertenecer al rostro de su amor, no cuando había pasado toda una vida con su verdadera apariencia.

El cabello platino resplandeciente y los ojos violetas como amatistas eran lo único que imaginaba cuando pensaba en la última del linaje Peverell. Su amante era hermosa y etérea, iluminaba su oscura y triste existencia, y la amaba profundamente.

- Hola Nat... - el susurro de su voz lo sacó de sus pensamientos y con cuidado la tomó entre sus brazos, con su magia ya trabajando para cuidar todo el daño que le habían hecho esos animales hasta ahora.

Thanatos inhaló el aroma de la niña en sus brazos, deleitándose con el alma viva que poseía, con su respiración constante y los latidos rítmicos de su corazón. Su última muerte lo había afectado tanto, que había borrado el mundo en su intento por vengar a su amante con la ayuda de su ex esposo. El hombre también había estado histérico y perdido en el dolor, y no dudó en ayudar a la entidad de cabello claro para acabar con quienes habían terminado con la vida de su Dama Oscura.

ROYALTY ➖  TMR & MORTEMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora