~En el capítulo anterior~
Llegamos a la playa y esperamos el ataque de los cazadores que llegó demasiado rápido pero esta vez una de las flechas si me atravesó el abdomen.
Comencé a reír.
Dolía mucho pero deje de sentir dolor y solo pensaba en acabar con esas personas.
-Deberías estar en el suelo agonizando...- dijo la chica que había lanzado la flecha.
Mis ojos se agrandaron y se volvieron rojos, comencé a sangrar y saqué la flecha que atravesaba mi cuerpo lo que empeoró el sangrado pero lo controlé con mis poderes.
-No tienen idea de con quién se han metido- les di una gran sonrisa.
~~~~~~~
Estaba teniendo una hemorragia.
En estos momentos estaría muriendo pero mi cuerpo se sentir bien. Mejor que nunca. Tenía una gran sensación de adrenalina.
-Es mi hora de atacar pero sería más divertido que salieran corriendo y los cazadores fueran cazados- mi nariz botó un pequeño hilo de sangre.
Uno de los cazadores tomo su pistola y comenzó a disparar en mi dirección, yo seguía sonriendo como psicópata y con mi Katana impedía que las balas llegaran a mí y cayeran a la arena con movimientos rápidos de mi brazo derecho que sostenía mi arma.
Se le acabaron las balas y me acerque lentamente sin decir palabra. Trató de apuñalarme pero lo tomé del cuello y lo levante unos centímetros del suelo.
Tocí un poco de sangre.
Paralicé al cazador y con mis poderes lancé todas sus armas al suelo.
-Dulces sueños- le sonreí y al instante comenzó a sangrar por los ojos, nariz y boca. Había destrozado todos sus órganos internos en un instante y lo solté por lo que cayó muerto a la arena.
Miré el cuerpo en mis pies e incliné mi cabeza a un lado. Sin pensarlo dos veces pisé con fuerza su cuello haciendo que este se partiera.
-Va uno, faltan tres- di una gran carcajada.
Los otros tres cazadores veían la escena horrorizados.
Damon y Derek se encontraban alejados, sentados en una roca mirando todo lo que hacía. Les dije que no me molestaran cuando los atacara y me hicieron caso.
Otro de los cazadores me lanzaba cuchillos al igual que los otros, lo imitaron al mismo tiempo lanzándome cualquier cosa que pudiera herirme.
Cuando estaban a un metro de mi detuve los cuchillos en el aire con mis poderes y los cazadores al verlo, comenzaron a correr.
Giré los cuchillos en su dirección y los dirigí hacia ellos con gran velocidad.
-Ooops- dije inocente cuando una de ellos cayó al suelo por el impacto de una de sus armas lanzadas a mi anteriormente en su pierna, otro de los cazadores tenia uno en su brazo y el restante que no había sido herido se acercó a ayudar a la chica con la herida en la pierna que seguía tendida en el suelo.
-Que ¿no es divertido? Ver como tus amigos mueren y corren por sus vidas- le dije al chico- Yo me estoy divirtiendo mucho- reí.
El chico levantó a su compañera y sacó una especie de granada- No será bueno si ustedes explotan- dije fingiendo tristeza.
Me lanzó la granada y creé una barrera con agua alrededor de ella haciendo que explotara.
Se escuchó un gran estruendo y cayeron gotas de agua por todos lados, como una especie de fuerte llovizna. Sentí a los príncipes con sus espadas cerca y se me ocurrió una idea.
Ahora estaba casi todo mi cuerpo cubierto de sangre, con la hemorragia y la sangre corriendo por mi boca y parte de mi nariz.
-Esto estará mejor- les sonreí y los elevé en el aire al mismo tiempo que tomaba las espadas de los príncipes- Les dolerá y mucho- volví a reír.
Coloque una espada frente a cada cazador. Me miraban asustados pero solo me limite a hacer un ademan de despedida con mi mano y les di una dulce sonrisa.
Sin más preámbulos las espadas cortaron sus brazos, piernas y cabezas salpicando sangre por todos lados y las partes de sus cuerpos caían a la arenas luego de escuchar un grito de su parte antes de ser cortados en pedazos.
Para cubrir lo que había hecho, con mis poderes coloque todos los cuerpos o partes en una pequeña pila y les prendí fuego.
Las sirenas pueden producir calor para evaporar agua pero con más poder se puede hacer fuego.
Me quedé viendo como los restos de los cazadores se quemaban.
Luego de unos minutos mis ojos volvieron a la normalidad.
Caminé en dirección a los chicos pero a unos metros de ellos caí a la arena inconsciente.
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Desperté de golpe y lo primero que noté es que estaba en una habitación blanca.
¿Qué es este lugar?
Me fijé en mi cuerpo y tenía puesta una bata blanca y varios cables en mis brazos.
Los arranqué enseguida y me levanté en dirección a la puerta.
Cuando iba a abrirla alguien se adelantó y un hombre desconocido entro a la habitación y me miró sorprendido.
-Señorita ya despertó, debería estar...- lo tome del cuello y lo levanté.
-¿Quién eres?- dije cortante.
-Y-yo - decía con dificultad.
-Kate ¡déjalo!- lo solté y cayó al piso.
-¿Dónde estoy?- pregunté a Peter mientras salía de la habitación y veía a los demás afuera en la sala de espera.
-Estas en un hospital- me respondió Caspian. Abrí los ojos como platos.
-Están dementes- dije a la defensiva- Derek ¿Cómo dejaste que me trajeran aquí?
-Estabas muriendo, no pude hacer nada- me respondió este.
-Tonterías- volví a ingresar a la habitación y encontré un bolso con mi ropa limpia. Me cambié rápidamente y salí de nuevo pero esta vez en dirección a la salida del lugar.
-Me largo- me limite a decir.
-Espera, no puedes irte- Ed me detuvo, con mi mano me zafé de su agarre.
-No. Me. Toques- dije sin expresión, apreté su brazo y se quejó por el dolor, lo solté y seguí mi camino.
-¿Qué le sucedió?- preguntó Peter.
-Dejó de luchar, su lado oscuro la dominó- dijo Derek mientras todos veían como me alejaba por los pasillos.
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El retorno [ADUS #2]
FantasySegunda parte de Aventura de una sirena (Solo podrás entenderlo si lees el primer libro)