Me aferré más a Percy cuando se dio cuenta de que estábamos cayendo pero siguió con el beso. Lo tenía agarrado de la cintura con una mano y con otra estaba creando un remolino de agua que nos llevara al océano.
1, 2... contaba mentalmente los segundos para llegar al fondo del barranco hasta que siento que Percy me muerde el labio. Sonrió y en ese momento el remolino que había estado creando nos atrapa impidiendo que nos golpeemos con una gran roca.
Volví a unir nuestros labios.
No podía dejar que tragara agua en el impacto.
Sin darnos cuenta ya estábamos bajo el agua en una parte profunda del océano.
Me separé de Percy al sentir que me transformaba en sirena y vi que él trataba a toda costa de contener el poco aire que le quedaba en los pulmones.
-Trata de respirar.
-Podría ahogarme si lo intento.
-Confía en mí, ese beso era para que pudieras respirar bajo el agua- crucé los dedos para que funcionara.
Nunca lo había probado antes pero las sirenas oscuras y algunas de la luz pueden respirar bajo el agua por lo que podían hacer que con un beso otra persona lo haga.
Percy soltó todo el aire que retenía y respiró.
-Funcionó- pensó aliviado, asentí.
-Debemos irnos, el viaje es largo- Tomé su mano y comenzamos a nadar.
-Tu ¿por qué no respiras bajo el agua?
-Nunca lo he intentado, creo que tal vez luego de los cambios que sufrí pueda hacerlo pero me siento más segura aguantando la respiración- Le contesté- Por cierto el efecto solo dura un día así que luego tendremos que repetirlo.
Nadamos por un rato en silencio, ya habíamos pasado la barrera del campamento por lo que debíamos cuidarnos mejor ahora.
Pasábamos por un lugar profundo por lo que le dije a Percy que fuéramos mejor cerca de la superficie por si algo salía de la oscuridad, lo que me preocupaba.
Me distraje cuando Percy se adelantó un poco pero sentí un ruido extraño y miré abajo.
Oh Mierda.
-Percy, rápido, ve a la superficie y no mires abajo.
-¿Por qué? ¿Qué sucede?- me miró.
-Nada solo hazme caso- me dio una mirada de desconcierto y fue a la superficie.
Volví mi vista al animal que estaba bajo nosotros.
Era una anguila gigante y aterradora, se dirigía a nosotros.
Al principio me dio miedo pero preferí enfrentarla.
No le haría daño, la pobre debe tener familia pero si trata de comerme le irá mal.
-¡Hey tú!- le dije mientras se acercaba y abría su boca- ¿Qué tratas de hacer? ¿No te enseñaron modales? No puedes comer sirenas- lo regañé y me crucé de brazos. Se detuvo el temido animal, giró su cabeza y luego volvió su mirada a mí- Si, te estoy hablando a ti- me dio una sonrisa malvada- Oh quita esa expresión jovencito ¿Quién te crees que eres? Eh- puse mis brazos en forma de jarra, la anguila bajó su cabeza- Ven aquí- dije firme.
A estos animales no se les puede mostrar temor.
Se acercó más y sus ojos mostraban culpabilidad.
-No puedes tratar de comer todo lo que encuentras vivo, te va a dar un malestar en el estómago, además las sirenas somos tus guardianas, no puedes comerte a los seres que te protegen tontito- toqué su cabeza y asintió. Sonreí, creo que ya me había ganado su confianza, frotó todo su cuerpo contra el mío y me tambalee- hey eres juguetón- reí, esa sensación era extraña pero es mejor que quiera jugar contigo a comerte- Este lugar es algo solitario ¿te gustaría venir conmigo?- sugerí. La gran anguila asintió otra vez.
Me gané un nuevo amigo.
JA!, el poder de las sirenas señoras y señores.
-Kate, estas tardando ¿Qué pasa ahí abajo?
Había olvidado a Percy, este se sumergió y al ver al gigantesco y aterrador animal junto a mí se quedó petrificado.
Comenzó a murmurar cosas mentalmente por lo que lo escuchaba pero no lograba entender nada.
-Percy no te asustes, el... es amigable- miré a la anguila- Oh no, no lo veas así, a él tampoco te lo puedes comer- lo miré seriamente- si tratas de comerme, a él o a alguno de mis amigos sin autorización, antes de que puedas hacerlo yo me haré un banquete y créeme que disfrutaré comer cada parte de tu cuerpo así que te devoraré si tratas de hacer algo malo- le advertí al animal. La anguila me miró con temor en sus ojos.
-El vendrá con nosotros- le dije a Percy y comencé a nadar tranquilamente, la anguila nos seguía.
-¿Estás loca?
-No, créeme que no nos hará daño porque sabe que le irá peor, así que no te preocupes.
-No confío en esa cosa.
-Esa "cosa" solo te ve como un trozo de carne.
-Y eso me tranquiliza tanto- pensó irónico, rodee los ojos.
-Hey ¿quieres un nombre? Es muy raro llamarte anguila- le dije a la criatura bajo nosotros.
-¿Le pondrás nombre a esa cosa?
-Sí, emm- pensé en un nombre- Que tal Antimus ¿te gusta?- la anguila ahora llamada Antimus se acercó y acaricio mi pierna con su cabeza.
-Parece que si le gusta... pero sigue siendo aterrador.- comentó Percy.
-Hey- volví a tomar la mano de Percy y la acaricié- será mejor que dejes de pensar en que quiere comerte y centrar tu atención en otra cosa- le sonreí- te contaré mi historia para no aburrirnos, te diré todo lo que quieras saber sobre mi.
Y así pasó todo el viaje de regreso.
En los momentos que Percy se cansaba le decia que subiera a mi espalda y así podría nadar más rápido. Antimus luego nos alcanzaba.
Luego de un día de viaje volví a besar a Percy, creo que podría acostumbrarme a esto, digo.
¡Es Percy Jackson! El semidiós más lindo que podría conocer, claro que me gustaba besarlo.
Soy una adolescente ¿Ok? No muy normal pero entiéndanme por favor.
Nos estamos volviendo más cercanos y eso me agrada. ¿Quién sabe? Tal vez me pueda llegar a gustar.
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El retorno [ADUS #2]
FantasySegunda parte de Aventura de una sirena (Solo podrás entenderlo si lees el primer libro)