Capitulo 26

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Estaba petrificada. Eso estuvo muy cerca y pasó demasiado rápido, si no hubiera detenido la flecha ya estuviera muerta.

Reaccioné y busque con la mirada al causante de este ataque sorpresa.

A lo lejos estaba alguien corriendo, Derek se adelantó y comenzó a seguir a esa persona.

El ambiente era algo tenso, los príncipes y princesas estaban nerviosos aunque las chicas algo más asustadas, me miraban con la flecha en la mano tratando de comprender lo que acababa de pasar.

Yo solo pude pensar en algo o alguien.

-Damon...- él se giró en mi dirección ya que estaba viendo por donde se había ido Derek y me miró inocente- ¿podrías venir un segundo?- trate de decir amablemente pero en cierta forma estaba enojada, muy enojada. Caminó hacia mi tocando su nuca nerviosamente- por favor, dime que los cazadores que te persiguen no estuvieron a punto de matarme con una ¡flecha en mi cabeza!- apreté mis puños.

-Si quieres que te mienta...- dejo la frase en el aire.

-¿Por qué la dirigieron a mí? y no simplemente atravesaron tu corazón para librarse de ti de una buena vez- pregunté con el ceño fruncido.

-No pude atraparlo- llegó Derek agitado junto a nosotros.

-¿Estás seguro de que solo era uno?- preguntó Damon.

-Espera, ¿Cuántos se supone que deben ser?- cuestionó Caspian.

-Unos... cuatro- respondió.

-¡¿Qué hiciste para que te sigan cuatro cazadores?!- alcé la voz.

-Puede que le haya arrancado la cabeza al quinto- dijo pensativo- y no todos son cazadores.

-Kate, será mejor que entremos estaremos más seguros adentro del castillo- comentó Peter- las chicas están nerviosas.

-¿Nerviosas? A mí fue a la que atacaron- me señalé- además no quiero darles el gusto de que piensen que les tengo miedo.

- No deben preocuparse mucho, no van a volver a atacar hasta la noche y menos en la playa donde no tienen donde ocultarse, no creo que sean tan tontos- dijo Derek.

Sentí un pequeño mareo y una sensación extraña en la mano que sostenía la flecha.

-Hey, ¿estás bien?- me sostuvo Ed que estaba detrás de mí.

-Sí, no fue nada solo un pequeño mareo- miré confundida mi mano y guarde la flecha en una mochila que traían los chicos con cosas de playa- Mejor vamos a nadar un poco, si sucede algo yo los protejo- dije.

-Esmeralda, vamos al agua- ordené acercándome a la orilla. Suspire- ¿ustedes no vienen? Es más seguro el mar que una playa en estos momentos- le dije a los demás.

Me saque el short y la blusa quedando en traje de baño, coloque mi ropa junto a una roca. Di unos cuantos pasos sintiendo la arena mojada bajo mis pies, sonreí ante la sensación, luego me introduje en el agua y al instante me transformé.

Comencé a nadar y sentí como Esmeralda venía detrás de mí pero con dificultad, me voltee para mirarla y estaba ya en la superficie.

-Si sabes que no puedes respirar bajo el agua ¿verdad?- dije al asomar mi cabeza fuera del agua.

-¿No se supone que las sirenas hacen eso?- volvió a decir mientras tocia.

-¿En que parte del libro mágico de sirenas dice que respiran bajo el agua?- dije sarcástica.

-¿Hay un libro mágico?- me miró sorprendida, rodee los ojos.

-En realidad no sabes nada- negué divertida- tu solo aguanta la respiración, así sobrevivimos gracias a nuestros pulmones o ¿acaso ves en tu cuerpo branquias por alguna parte?- mire alrededor- no subas mucho a la superficie- me sumergí de nuevo.

El retorno [ADUS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora