Capitulo 7

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Scott se había ido a Italia; Genova, lo más curioso de todo esto era que Italia me recordaba a Marcus ¿y por qué a Marcus? Porque él estuvo saliendo con un chico de intercambio (Carlo Abagnale) durante la estancia de nuestro último año en la preparatoria, por un momento fue la relación más envidiada de Apple White. Por un segundo nos quitó el trono a Jessie y a mí como la pareja más envidiada, e incluso cotizada, de la escuela.

Marcus y Carlo no merecían tener un final triste ya que ellos dos se amaban bastante (o eso es lo que demostraban en público; porque una cosa es segura, en todo tipo de relación, la pareja siempre va a mostrar sus momentos felices en público; o los mejores momentos, ya que no sabíamos qué tipo de problemas tenían en dicha relación).

Dejé de pensar en ello y entré a Grindr, Tinder, Hornet Bumble y Badoo; solo para pasar el rato. Hubo un perfil que llamó mucho mi atención al ser tan diferente al resto de los demás perfiles que había. Me pidió una foto, claro que lo hizo, porque en mi perfil solo había fotos de Amy Winehouse. Consideré seriamente en poner fotos mías en mis perfiles y, aunque la amara mucho, quitar las fotos de Amy Winehouse.

Él tampoco tenía una foto, lo cual me pareció raro;, así que le pedí una foto, solo que había un pequeño problema: en su perfil decía que era discreto y que lo mejor era que nos viéramos en persona para que lo pudiera ver bien a la cara. Me dio una especie de miedo, porque ¿qué mierda? Yo sí le había pasado una foto mía cuando él me la pidió pero yo no podía pedirle lo mismo de vuelta porque era «discreto».

Accedí a verlo, la persona que estaba detrás de dicho perfil tenía, o eso fue lo que pensé, mi edad: 23 años. Accedí a verlo en el centro comercial de Itaville (solo en el caso de que fuera un loco que quisiera hacerme algo y que al menos hubiera testigos de lo que me hubiera pasado, había una noticia reciente acerca de un asesino que rondaba en Grindr, no me arriesgue. A pesar de que la noticia no fuera en Norteamérica y fuera más hacia América Central o América del Sur).

Estaba sentado en la zona de comida, cuando de repente me encontré con Marcus Miller; no era algo tan poco habitual encontrarme con mis antiguas compañeras y compañeros de Apple White en Itaville, de hecho: era algo bastante común. Aunque la única persona que quería ver, ya no se encontraba conmigo: estaba en Genova, Italia. Italia, Itaville; eran dos nombres que claramente tenían que ver el uno con el otro, tal vez al fundador del pueblo se le ocurrió mezclar las palabras "Italy y ville; pueblo o ciudad en francés", formando "Itaville" como resultado. Eso y que fue fundado por gente italiana.

Marcus Miller se detuvo a mi lado y me saludó, le devolví el saludo, al preguntarme si esperaba algo o a alguien, fue cuando de verdad estaba entrando en pánico porque fue tan raro y tan repentino. Mientras balbuceaba, Marcus se reía de mí y no estaba pensando que Marcus Miller me gustaba.

—Espero que sepas que hoy somos cita, Richard —eso no era lo que estaba esperando—. Porque, a decir verdad, somos cita. Nos hablamos por Grindr y nos citamos aquí, hoy, ¿lo recuerdas? —¿Marcus Miller mi cita? Mi cara estaba indescifrable porque nadie sabía con exactitud qué expresión había, ni yo mismo sabía qué sentía—. Sí, entiendo tu confusión porque estoy igual, pero vi la oportunidad, la tomé con las manos y no la dejé ir.

—¿Qué quieres hacer, Marcus? —Marcus pestañeó dos veces cuando le pregunté, con mucho miedo de su respuesta, ¿por qué hacía esto?—. Podemos entrar al cine, ir a comer algo o ir a mi mansión a ver un par de películas; ahí mismo podemos comer algo o tomar unas bebidas —pésima idea, sí lo pensé, entré en pánico, tho—. No es necesario ir a mi mansión, no creo que haga falta.

—¿Estás totalmente seguro de ello? Tengo que pensarlo bien —asentí con la cabeza—. Es que es una idea asombrosa y es algo que de verdad me gustaría hacer —a pesar de que le dije que no era necesario; intentando enmendar mi error, Marcus parecía estar bastante seguro de querer estar en mi mansión, conmigo, solos él y yo. Pero finalmente accedí, deseando no arrepentirme de ello.

Después del Amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora