Capítulo 15

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Llevé a Scott al hospital de Itaville; justo donde trabajaba Theresa, estuve rezando para no encontrarla ahí (y no la encontré porque ese día estaba operando a una persona), entramos a la zona de urgencias y  rápidamente nos atendió un doctor muy calificado para ese tipo de situaciones. Solo me hicieron llenar una hoja con todos sus datos y los míos; «nombre del paciente y de la persona que lo interna, ¿por qué se debía su visita?».

—Verá: fuimos a un rancho bastante alejado del pueblo, la familia nos trató con mucha alegría y nos sentíamos bienvenidos ahí; pero después de tanto, nos quisieron dar de comer carne humana para después ser nosotros el platillo principal y no nos dejaban ir, en resumen: ataron a mi amigo, lo golpearon en repetidas ocasiones, lo tiraron de la silla en la que estaba sentado, después pudimos escapar; pero él empezó a vomitar sangre —le pedí que me explicara la razón por la cual se suponía que Scott hubo estado vomitando tanta sangre—. Pero estará bien, ¿no es cierto?

—Puedes estar tranquilo —pedí que me volviera a explicar la razón por la que vomitó sangre—. La causa principal fue por el impacto, vomitó por la contusión y se mezcló la sangre de la mucosa de la boca, dientes, lengua, encías y de ahí que saliese la sangre. Lo mejor será hacerle una tomografía computarizada y una resonancia magnética; es lo más práctico y recomendable —me explicó que, básicamente, la cabeza es una caja de hueso; el cráneo, que contiene el cerebro; hay pocas salidas de esa caja de hueso: los ojos, los oídos y el agujero en la parte inferior por donde sale la médula espinal; formanen magnum, cualquier hinchazón del cerebro por una lesión, ya sea por un hematoma o por un sangrado real, significa que el espacio está siendo ocupado por algo que no debe estar allí. A veces se denomina en medicina como una «lesión ocupante de espacio»—. ¿Dudas?

—Lo entendí claro —sí había entendido bien lo que el doctor se había tomado la libertad y la molestia de explicarme; dos veces—. Mañana vendré a ver a Scott y yo creo que debo irme a casa porque es un gran trauma el que me dejó todo ese hedor que emanaba del sótano y de su casa en general; no tenían ventanas y la única ventana, no servía de nada porque estaba descompuesta, así que necesitaré hacer eso.

—Te mantendremos informado de cualquier cosa que le pueda pasar al señor Robinson, ¿de acuerdo? —asentí con la vista—. Ahora ve a descansar a tu casa, por favor; ya no te preocupes por él, te prometo que estará bien —el doctor, muy amablemente, me direccionó a la puerta de salida de la habitación del hospital en el que estábamos para que Scott se recuperara después de ese día de locos.

Rápidamente se me vino a la mente una idea sobre a quién había dejado atrás y por qué la habíamos dejado ahí: Kelly O'Ryan, ella no merecía estar con toda esa familia llena de gente lunática, por un segundo sentí pena por ella ya que ella hizo tanto por nosotros; como romperse los dedos con un martillo (antes no metió la mano en ácido o en un vaso lleno de agua hirviendo); ¿nos culpo a nosotros? Sí, pero yo sabía que lo había hecho por miedo a que le hicieran algo si descubrían que ella fue la que nos dejó escapar; o sea que se jodió a sí misma para que no tuviera graves consecuencias y, para ese punto, tal vez no funcionó porque su mamá y su papá pudieron haberle hecho algo demasiado grave. Todo esto era una mierda total y lo sabía, todo el mundo lo sabíamos.

Después de llegar, me quité los zapatos y preparé algo de comida. Eran casi las diez de la noche y había pasado todo el día huyendo de una familia de caníbales. En ese momento, recibí una llamada de mi padre diciéndome que me diera prisa, ya que mi piloto pasaría a recogerme en mi jet privado dentro de un par de horas. Después de recibir esa llamada, finalmente decidí arreglarme para partir. No estaba de humor para trabajar, ya que esa era la razón de la llamada urgente con órdenes precisas. Sin embargo, no podía permitirme el lujo de no trabajar o faltar al trabajo, ya que necesitaba mantenerme económicamente

Después del Amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora