»día siete.

1.9K 227 17
                                    

»Luke

—Entonces –dice Tom mientras mastica una rebanada de pan tostado con crema de cacahuate —¿ya has hablado con alguien de Australia?

—Sí –tomo un pan y suspiro. No hay Vegemite aquí en México. —Ayer hablé con mi mejor amigo Michael, dice que las cosas están bien allá en casa.

—¿Hablaste con tu mejor amigo? –repite, él luce sorprendido, así que yo asiento. —¿Qué hay de tus padres?

—Oh, creo que ellos están bien, Michael los visitó el otro día.

—Es asombroso cómo ustedes los jóvenes aman a sus familias –murmura sarcástico y no puedo evitar reír.

Recuerdo que antes de venir aquí a México esperaba que Tom fuese un hombre gruñón y malhumorado, pero definitivamente no es nada de eso, sino todo lo contrario. El tío Tom es una versión aún mucho más alivianada de papá, él ha resultado ser muy comprensivo conmigo y probablemente lo extrañaré cuando regrese a Australia.

—Michael vive a dos casas de la nuestra, así que ve a mis padres seguido, además está cuidando a mi gato y ayer fue por algo de comida para alimentarlo, así que habló con ellos y dice que están bien –le cuento y él ríe.

—Dios, Luke, ¿tienes un gato?

—Sí.

—¿Cómo se llama?

—Espumita –Tom ríe a carcajadas y yo frunzo el ceño por su reacción, pero entonces comprendo que la situación es graciosa y río también.

—Creí que eras más rudo que eso –comenta.

—¿Por qué?

—Bueno, escuchas mucho bandas como Green Day, AC/DC, Guns n' Roses, Goldfinger, Nirvana –Tom se encoge de hombros y sonríe. —Los chicos rudos no tienen gatos que se llaman Espumita.

—¡Eso no afecta en nada! –le digo, pero él no parece convencido. Tal vez no tenga muchos músculos, ni bajas calificaciones en la escuela, ni me he metido en muchas peleas a lo largo de mi vida pero creo que llevo méritos en rudeza. No pueden juzgarme por ponerle "Espumita" a mi gato.

—Cambiando de tema –dice tío Tom. —¿Cómo te la has pasado aquí en Montepío? ¿Te gusta el lugar?

—Me estoy acostumbrando, ya no creo que esté tan mal –confieso y es verdad.

Los últimos días he comenzado a apreciar México, su comida, su gente, sus lugares. Probablemente Camile haya influido enormemente, pero el lugar es bonito por sí mismo, ella solo ha sido un plus en las cosas.

—¿Por qué sonríes así? –Tom inquiere y lo miro confundido, él ríe. —Esa sonrisa estúpida que apareció en tu rostro, Luke. ¿A qué se debe? ¿O es un "a quién"?

—Oh –digo y siento cómo mi rostro se calienta. Mierda. —A México, supongo, es un lugar bonito y lo voy a extrañar.

En la puerta principal comienzan a escucharse un par de golpes y Tom y yo nos miramos sorprendidos, mi tío se encoge de hombros y grita en dirección a la puerta.

—¿Quién es?

—¡Soy yo! –la voz responde y sé que es Camile. No me siento con muchas ganas para hablar con ella ahora.

—¡Pasa Camile, está abierto! –le grita Tom y entonces ella entra a la casa, su cabello castaño rojizo está suelto y cae en cascada por su espalda. Está usando un vestido y por algún motivo me recuerda a una hadita.

—Hola –murmura con timidez, Tom se acerca a ella y la envuelve en un abrazo.

—Hola, ¿a qué se debe tu visita? –Camile me mira antes de responder, pero trato de ignorarla tomando otro pan y embarrando crema de cacahuate en él.

14 días  »Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora