KÖNIGE

02 || Traición.

― ¡No es justo, Guatemala!, ven acá.―

El joven de cabellos blancos persiguió al chico que corría mientras llevaba consigo un frasco con líquido verdoso dentro.

― ¡Tú dijiste que también era mío!.―

Respondió quitando el corcho para empinar la botella de cristal en su boca.

― ¡No sabemos qué forma vas a -. . .!

El chico se quedó callado observando como su amigo desaparecía en una nube de humo rojo y finalmente cuando la nube se dispersó, Quauhtemallan ya no estaba en el lugar.

Asustado lo llamó un par de veces pero Guatemala no respondió. Pasó saliva nervioso y recogió la botella que había caído al suelo, aún quedaba un poco de líquido.

― ¿Gu-Guatemala?.― Sollozó dejando que sus ojitos se aguadaran.― Ay no, maté al Rey Demonio, ¡todo por no seguir las instrucciones!, ¡soy un pésimo mago pocionista!.

― Te voy a jalar los pies~.

Guatemala habló con voz chillona y cantarina justo en la oreja de su amigo.

― ¿¡Qué!?.

― Israel, me llevaré tu alma~.

― ¡Deja de bromear!, ¿dónde estás?.

La risa se convirtió en carcajada. Guatemala se había hecho invisible y estaba detrás de Israel, moviéndose cada vez que el chico lo hacía, evitando que lo tocara cuando extendía sus brazos en busca de atraparlo.

― Realmente me hice invisible. Pero un momento, ¿no era para convertirte en un animal?, espera otro momento, ¿cuánto va a durar el efecto?.

Ahora era el rey demonio el asustado.

Yisra'el tosió y alzó los hombros. Preocupado.

― No lo sé, era experimental, aún no domino las posiciones para cambiar de apariencia, es más complicado que pociones sanadoras.

Hubo un silencio y pronto Israel pensó que Guatemala se había ido y lo había dejado hablando solo. Pero entonces escuchó un quejido frente a la ventana y dirigió su mirada al lugar.

― ¿Vamos a espiar a las señoritas?.

― . . .No.

― ¡Ay!, por favor Israel, eres tan aburrido.

Yisra'el se quedó en silencio y se cruzó de brazos, desviando la mirada con un sonrojo.

― No queda suficiente poción, tú eres invisible y yo no, ¿y si nos ven?.

Suspiró y se paseó por la habitación, seguramente sí ahora un empleado lo ve lo señalaría de demente. Y muy lejos de serlo no estaba, Guatemala lo desviaba del camino.

Quauhtemallan movió el frasco que Israel había colocado en la mesa.

― Tómate ese poco, ¡vamos Israel!.

Tiempo después los dos caminaban de puntas hacia las aguas termales de ala de mujeres, estaban en una posada en el Territorio de Magos. Guatemala había ido de visita y por supuesto no se iba a ir sin antes hacer de las suyas.

Ambos ingresaron primero a los vestidores, donde todas dejaban la ropa tanto interior como las demás prendas.

Guatemala se detuvo de pronto y detrás de él Yisra'el chocó contra su espalda.