Too Close Rosalie Hale

Capitulo 18

ADVERTENCIA: Este capítulo es un poco picante, así que si no te gusta, puedes saltar hasta el final para leer la parte que no lo es :)

"Vamos", dijo Rosalie mientras tomaba la mano de Lex.

"¿Adónde vamos?" preguntó Lex con una risita mientras Rosalie prácticamente la arrastraba fuera de la casa.

" Afuera ", dijo Rosalie mientras tiraba de su novia a través del bosque. "Hemos estado en la casa todo el día. Necesito un cambio de escenario".

"Está bien", dijo Lex encogiéndose de hombros. Realmente no le importaba lo que hicieran mientras pudiera estar con Rosalie.

"Apuesto a que no puedes atraparme".

Rosalie le envió a Lex una sonrisa socarrona antes de soltar la mano y salir corriendo. Lex se rió mientras salía corriendo detrás de la chica rubia. Corrieron por el bosque, persiguiéndose y riendo como niñas pequeñas. Cuando estaban juntas, era fácil dejar de lado todo lo malo que la vida les había deparado. Cuando estaban juntas, eran libres de ser ellas mismas.

Pronto, la inocente persecución se convirtió en una cacería. Aunque ninguna de las dos tenía intenciones maliciosas, el ambiente había cambiado definitivamente a algo más peligroso... Algo primario.

"Te tengo", sonrió Lex mientras inmovilizaba a Rosalie contra un árbol, usando sus brazos para impedir que Rosalie se alejara. Aunque Lex parecía tener el control de la situación, ambas sabían que Rosalie podía escapar fácilmente si lo deseaba. La cosa era que ella no quería escapar.

"¿Qué vas a hacer ahora, entonces?" Rosalie coqueteó descaradamente, tirando de las trabillas del cinturón de Lex para acercarla.

Lex respondió presionando sus labios contra los de Rosalie en un beso apasionado. Por lo general, Lex era la más tímida de las dos, y rara vez tomaba el control de esta manera - Rosalie pensaba que era lindo. Pero hoy, viendo a Lex volverse más firme, Rosalie nunca se había sentido más atraída por su novia.

La sensación de los labios de Lex contra los suyos hizo que ondas de choque recorrieran la espina dorsal de Rosalie: era una sensación más intensa que cualquier otra que hubiera experimentado antes. La intensidad era algo que ella dudaba que los humanos fueran capaces de sentir, y por una fracción de segundo, se alegró de no ser más una humana.

Lex estaba sintiendo un subidón que sólo había sentido cuando se alimentaba, pero esta vez no estaba motivada por su sed. Estaba motivada por su amor y deseo por su hermosa compañera. Lex sintió las manos de Rosalie en su cintura, acercándola. Incluso cuando se les acabó el espacio entre ellas, no pudieron evitar tratar de acercarse.

Rosalie dejó escapar un gemido ahogado cuando las manos de Lex recorrieron su cuerpo. Pudo sentir que Lex dudaba, pero antes de que pudiera reunir palabras tranquilizadoras, Lex había recuperado su confianza. Rosalie permitió que sus propias manos viajaran por la camisa de Lex, pasando sus dedos por sus costados. La suavidad de la piel de Lex contra las yemas de los dedos de Rosalie fue interrumpida por el áspero encaje del sujetador. Con una facilidad inhumana, Rosalie se deshizo bruscamente de la molesta prenda.

"Oye, ése era mi favorito", hizo un mohín Lex, apartándose de los labios de Rosalie.

"Te conseguiré uno nuevo", respondió ella sin disculparse mientras depositaba una serie de besos descuidados que recorrían el cuello de Lex.

Fueron interrumpidos por el sonido del teléfono de Rosalie sonando. Rosalie gimió molesta, mientras trataba de ignorarlo. Por desgracia para ella, Lex se distraía fácilmente.

"¿No vas a atender?" Preguntó Lex. De mala gana, Rosalie se apartó de Lex. Más vale que esto sea importante, pensó mientras sacaba su teléfono del bolsillo.

"¿Quién es?" Preguntó Lex mientras estiraba el cuello para ver el nombre en la pantalla. "¿Por qué te llama Bella? Ella sabe que no te gusta".

Rosalie se encogió de hombros y contestó la llamada. Definitivamente era extraño. "¿Bella?"

"Necesito vuestra ayuda", dijo Bella desde el otro lado de la llamada. Rosalie y Lex escucharon cómo Bella les explicaba lo que estaba ocurriendo: la falta de la regla, las extrañas náuseas, la sensación de que algo se movía dentro de su abdomen. Estaba embarazada y le preocupaba que Edward intentara disuadirla de tener el bebé. Para Lex y Rosalie, Bella era una adulta. Conocía los peligros potenciales de seguir adelante con un embarazo así, y si aún así quería tener el bebé, entonces ellas estarían allí para apoyarla y protegerla contra las personas que no estuvieran de acuerdo con su decisión.

Los hombros de Rosalie se desplomaron mientras colgaba el teléfono. Bella lo tenía todo: se le estaba dando la oportunidad de tener un hijo con el hombre que amaba y, después de que todo estuviera dicho y hecho, se convertiría en un vampiro, tal y como ella había querido.

Por mucho que Lex comprendiera que Bella se encontraba en una posición difícil y aterradora, no podía evitar sentirse un poco frustrada con ella. Obviamente, Rosalie iba a ponerse del lado de Bella en este asunto -eso era más que obvio-, pero Lex pensó que era un poco injusto y cruel por parte de Bella poner a Rosalie en medio de esto. Todo el mundo sabía que Rosalie haría cualquier cosa por tener hijos, y ahora Bella estaba básicamente obligando a Rosalie a sentarse en primera fila y ver cómo Bella vivía todo lo que la chica rubia había soñado. Se sentía como si estuviera echando sal en la herida, fuera esa su intención o no.

"¿Estás bien con todo esto?" Preguntó Lex, preocupada.

"Tengo que estarlo", respondió Rosalie con rotundidad. "Ese bebé necesita el mayor número posible de personas a su lado. Nada de esto tiene que ver conmigo o con mis sentimientos; se trata de asegurar que el bebé esté a salvo y lo más sano posible".

Lex la abrazó. "Eres una muy buena persona, ¿lo sabías?"

"No se lo digas a nadie", refunfuñó Rosalie. "O empezarán a pensar que soy buena".

"Oh, cariño", respondió Lex con dulzura. "Nadie va a pensar nunca que eres simpática".

"Eres una perra", Rosalie se rió un poco, su humor se había recuperado enormemente.

"Y tú no haces más que demostrar mi punto de vista", replicó Lex con descaro. "Ahora, vamos. Vayamos a casa: ya he superado todo este asunto del exterior".