Un recuerdo

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—Hyunjin —dijo Félix casi en un ronroneo, envuelto en medio de las sábanas. Estaba apoyando sobre el mayor. Le encantaba el calor que su cuerpo emitía.

—¿Qué sucede, Félix? —Hyunjin se movió de su posición para poder quedar frente a él, mirándolo con amor.

—Quiero estar para siempre contigo —contestó el pecoso, sonriente.

Hyunjin depósito un suave beso en sus labios y se movió en la cama para alcanzar la mesa de cama, abrió el cajón y de él sacó una pequeña. Félix observó expectante la acción. Hyunjin  volvió a acomodarse, entregándole la caja a Félix, quién la recibió de inmediato para abrirla con nerviosas manos.

Un juego de anillos. Anillos de pareja.

—Vamos a casarnos, Félix —pidió Hyunjin, acariciando el cabello del menor.

Los ojos de Félix se llenaron de lágrimas. Asintió, emocionado, y se abalanzó sobre Hyunjin para abrazarlo. —Ponme el anillo —pidió, extendiendo todos sus dedos hacia él.

Hyunjin rió. Cogió el más pequeño y lo ubicó en su dedo anular lentamente. Volvió sus ojos hacia el pecoso, elevó la comisura de sus labios y depositó un beso en sus labios— yo, Hwang Hyunjin —susurró— acepto como esposo a Lee Felix y prometo amarlo y respetarlo, serle fiel y darle buen sexo hasta el fin de nuestro días.

Félix golpeó suave el hombro de su amado, entre risitas divertidas, y repitiendo la acción antes ejercida por el mayor, posó el anillo en el dedo anular ajeno. —Yo, Lee Felix, acepto como esposo a Hwang Hyunjin, y prometo amarlo y respetarlo, prometo hacerle desayuno todos los días y mandarle un almuerzo bonito cuando trabaje, también prometo serle fiel hasta el final.

—¿Un almuerzo bonito? Quiero. ¿Un desayuno hecho por ti todos los días? Quiero por dos.

—Te amo, Hyunjin.

—Te amo, Félix.

Félix despertó con lágrimas en los ojos. Tocó su solitaria cama, buscando el cuerpo de Hyunjin en algún rincón. Sus finos dedos tocaron la pared, y el pecoso cubrió su rostro con ambas manos.

Llevaba tiempo sin soñar con Hyunjin. Sin extrañarlo. Con Chan todo iba bien. Pero ese sueño... Le hizo sentir el impulso de levantarse de la cama y correr al apartamento. Lo hizo. Se vistió rápidamente y cogió un taxi.

Se detuvo frente a la puerta, exhausto después de correr y tocó el timbre. Ya no era su casa, ya no podía entrar a gusto.

Un joven desconocido abrió la puerta. Tenía puesto su delantal de cocina, y en su mano llevaba la espátula con la que solía preparar postres.

— Hola... ¿Tú eres? —preguntó el joven arqueando su ceja.

Félix se quedó en silencio. No pudo responderle. Ese chico cumplía con todos los estándares de Hwang Hyunjin. Se involucró con jóvenes parecidos antes de iniciar su relación con él. Si tenía puesto su delantal era porque existía confianza. Los labios de Félix formaron una línea vacía y el joven solo se quedó en silencio, aguardando por una respuesta.

—¿Qué pasa, Jeong In? —preguntó Hyunjin desde dentro, observando la televisión.

—No lo sé, hay alguien aquí afuera pero no responde —contestó sin más.

Las piernas de Félix temblaron al escuchar la voz de Hyunjin.— me equivoqué de dirección —contestó sin más, comenzando a alejarse.

Hyunjin reconoció aquella voz, sus ojos se expandieron y se levantó rápidamente del sofá. Aparto a Jeong In de la entrada, no obstante, ya no había nadie ahí. Las puertas del ascensor se estaban cerrando y estaba completamente seguro de haber visto a Lee Felix. No perdió el tiempo, bajó corriendo las escaleras para llegar antes hasta el primer piso.

Cuando el elevador abrió sus puertas en el piso uno, no había absolutamente nadie. ¿Lo imaginó? ¿Imaginó la voz y el cuerpo de Félix? Enrabiado, se dio un fuerte golpe a la pared. Repasó sus manos por sus cabellos rubios, y soltó un suspiro abrumado.

¿Cómo iba a recriminarle cosas a Félix si no se dignaba a aparecer frente a él? Fue abandonado de la manera más patética posible y tenía absolutamente todo para rehacer su vida. Y así lo haría.

Basta de Lee Felix y de sufrir por alguien que no estaba haciendo lo mismo por él.

Félix bajó del ascensor en el piso dos, vio la sombra de Hyunjin bajar rápido por las escaleras. Se quedó con las manos sobre su boca, guardando silencio mientras sus lágrimas descendían sin control.

❝ Tres ❞  -  「hyunminlix」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora