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Era un Lunes por la mañana y todo estaba tranquilo,los pájaros cantaban,las personas pasaban tranquilas en dirección a sus empleos,no había tráfico. Todo parecía perfecto.

Parecía.

Un chico corría por la acera con una tostada de pan en la boca mientras intentaba ponerse los últimos botones de su uniforme,intentando no tropezar y caer en el proceso.

Cuando logró abotonar su camisa se apresuró a ponerse su corbata,esquivando y pidiendo permiso torpemente a las personas que se topaba en el camino,gracias al desayuno que tenía en su boca.

El uniforme de su secundaria se trataba de una camisa blanca con los bordes negros,tanto las mangas como el cuello doblado. El uniforme venía acompañado de una corbata color negro y unos pantalones del mismo color. Demasiado para ser una secundaria pública. Claro,había que pagar la inscripción y el uniforme estaba caro,pero seguía siendo pública.

Al llegar a la parada de autobús tubo la mala suerte de que esté empezará a irse y avanzar sin que él se subiera aún.

-¡Espere!

Grito él chico,quitando se el pan a medio comer de la boca,guardando lo en el bolsillo de su pantalón y empezar a correr tras el transporte público.

Él conductor tardó en darse cuenta,por el retrovisor,que había alguien moviendo los brazos en el aire,intentando captar su atención. al percatarse de eso rápidamente se detuvo y abrió las puertas para que el estudiante pasará.

-Gracias...

Dijo tímido el muchacho una vez que estuvo adentro,recibiendo un asentimiento por parte del conductor.

Aquino agarró las tiras de su mochila con fuerza,mirando hacía abajo y empezando a caminar al fondo del transporte,escuchando la risa de sus compañeros de clase e instituto.

Una vez llegó a los asientos traseros,se acomodó cerca de la ventana y se puso sus auriculares para escuchar su música en lugar de los murmullos y risas de los demás adolescentes. Miró a la ventana,viendo todas las casas pasar mientras la melodía invadía sus oídos,sacando la tostada de su bolsillo para comérselo,disfrutando la música y ése pequeño momento de paz que pocas veces podía tener.

El bakadere de la secundaria // DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora