¡Entre Chicas! | Hananene

🎀 ＃¡Bromas y dulces! 🧸 ˖ ࣪

Iban caminando juntas después de clases, como Hanako lo había propuesto a modo de broma en primer lugar.

Era viernes cuatro por la tarde después de clases, el sol seguía dando para un buen rato pesé a que unas cuantas nubes que lo iban ocultando daban indicios de una posible lluvia. Nene caminaba con sonrisa en cara mientras tomaba la mano de su compañera dueña de ojos miel, ajena a cualquiera o cualquier otra cosa que no se se trate de llegar a comer algunos dulces con su amiga. Por la velocidad en la que Nene iba andando en su andar, parecería a simple vista que consigo se llevaba a rastras a la extrañada —por su comportamiento— Yugi mayor. Ambas seguían en el uniforme escolar, e aun así se arriesgaron a tomar tiempo de la tarde en la que sabían que saldrían temprano de clases por cuestiones de horario. Hanako sonreía nerviosa pegando su atención a las piernas andantes y regordetas de su amiga en movimiento, notando toda la atención que llamaban —sobre todo la albina— al dirigirse a tales prisas tan radiantes por la calle, sentía cierta vergüenza, y no precisamente una vergüenza que se podría llamar negativa.

Sonrió cuando cierto pensamiento en específico se le cruzó por su mente.

Pesé a que había sido ella quien la había invitado —y ciertamente le hacía feliz que se arriesgó a aceptar de una forma tan sencilla—, Hanako seguía sin entender del porque le provocaría tal emoción volver a una cafetería en la que relativamente volvían en compañía del resto de sus amigas al menos dos veces por semana. Claro que no negaría que los dulces y bocadillos del local eran deliciosos, mas dudaba que unos simples dulces deliciosos sean suficientes como que para que su —casi siempre— amiga precavida bajará la guardia de esa manera al punto de no notar o hacer la vista gorda a las extrañas miradas que se iban formando sobre ambas. Comúnmente, Yashiro era la primera en quejarse de que por cierto comportamiento o chiste pesado de su parte, las miradas se posaban en ambas.

Tal parecía que su querida Yashiro era capaz de renunciar a su "dignidad" por devorar unos cuantos dulces que no tendría que pagar. 

Ó quizás era...

—¡Ah, aquí está bien!

La alegre voz de la albina rescató a la castaña de su zona de pensamiento abriendo los ojos para con su amiga encontrarse ya dentro del local del que tanto había dudado en su pensar.

Quizás ya era hora de poner a los pies de rábanos en la tierra de nuevo.

—Yashiro.

—¿No es lindo? ¡Muchos jóvenes vienen aquí después de clases! Visitar una cafetería después de clases y conocer a un chico en el proceso suena a una romántica fantasía adolescente —explicó la albina llevando sus manos a sus mejillas apretándolas por su emoción, una emoción tan insistente que parecía ignorar completamente el hecho de que el lugar se hallase semi-lleno. Hanako escuchaba el inicio de todas las fantasías de su amiga por detrás de ella al mismo tiempo en que iban formando la fila principal para realizar su pedido. Al notar eso, Nene le llamó la atención comenzando a abrazar el brazo de la castaña tirando de el—. ¿Qué estás haciendo? Vinimos a disfrutar de los dulces, no a hacer un simple pedido para llevar, ¡tomemos asiento rápido!

Aún con el constante estirón, Hanako mantuvo firme su posición en la fila.

—Vaya. Yashiro —Hanako tomó ambos lados de las regordetas mejillas de su amiga enseñándole a la fuerza el panorama al rededor—; por si no lo notaste, no hay mesas libres y el clima parece inestable —Nene notó esto entristeciendo su expresión—. Haremos un pedido para llevar y llegaremos aquí a comer sólo nosotras dos en alguno de estos días. Suena bien, ¿no?

Aún con esa propuesta, Yashiro volvió a estirar el brazo de su compañera en forma de protesta.

—¡No suena bien, hoy es prefecto! —alzó la voz comenzando un berrinche—. Además, ni siquiera estamos en la hora de salida normal y de todos modos está lleno.