—Taeyong, ven aquí. —Demando el apuesto castaño, dando pequeñas palmaditas en su regazo.
El rubio se giró con una sonrisa diminuta, Jeong adoraba verlo vestido simplemente con una de sus costosas camisas de vestir, en Jaehyun lucia nada mal, pero en Lee totalmente espectaculares.
Sus delgados y aterciopelados muslos se asomaban a cada paso, provocando una sonrisa en Jeong. La camisa ya hacia ligeramente abierta y cuando Taeyong acato su orden, las manos del atractivo artista no tardaron en adueñarse por completo de la delicada y pequeña cintura de Lee. En el proceso revelando su piel blanca de su pequeño pecho.
—¿Qué necesitas? —. Pregunto con una juguetona sonrisa el rubio, pasando su manitas justo detrás del cuello del contrario.
—Necesito metértela. —Respondió Jeong. Sus enormes y costosas manos aferradas a su cintura solo lo aproximaron aún más a su torso, Taeyong soltó un pequeño gemidito ante el pequeño roce de sus miembros. —Hasta hacer llorar del placer y pedirme que me detenga.
—Si es así... Entonces, follame. —Susurro el menor sobre los labios de Jeong.
Justo cuando Jaehyun juro probar sus labios, cayó en la realidad.
Una horrible y dolorosa realidad, sobre todo dolorosa debido a su miembro totalmente erecto bajo las sábanas.
Jeong Jaehyun había tenido un sueño húmedo, uno más a la lista. Él y su subconsciente lo deseaban. Deseaban tener a Lee Taeyong descansando a un costado de su enorme cama, donde su estrecha y suave espalda descubierta, donde él se encargaría de marcarla y hacerla suya por completo.
Pero por ahora, soltó un suspiro pasando sus manos por su rostro, reteniendo sus parpados un poco más, lo suficiente para comenzar a ver pequeños destellos para saber que era suficiente presión y debía levantarse.
Habían pasado alrededor de un mes, donde el bello artista se había encargado de llamar la atención de Taeyong, pero parecía no funcionar. Lee lo ignoraba por completo, ¿Quién demonios se atrevía a despreciar a Jaehyun?
Había averiguado donde trabajaba el rubio, por ende, no dejaba de mandar miles de flores a su trabajo junto a una que otra pequeña nota deseándole un feliz día o tarde. Al igual que mensajes de texto deseándole lo mismo. Aunque más tarde se enteró que Taeyong desechaba las flores, pero no las notas, esto le daba algo de esperanza.
Había ocasiones donde el menor iba a otras casas, Jaehyun no sabía de quien exactamente, pero le preocupaba, ¿Su Taeyong estaba saliendo con alguien más?, No. Por supuesto que no.
¿Lo mantenía vigilado?, Si. ¿Eso era un poco enfermo?, Tal vez. Pero él quería estar pendiente de él porque en el segundo que estuviera en un problema, Jeong quería ser el primero en defenderlo. Su bebé debía estar bien.
Miercoles, 14:34 pm
—¿Y qué tal es en el sexo? —. Pregunto el pelirrojo, dejando caer su espalda sobre el respaldo del sofá junto a sus cejas que saltaban con una de sus sonrisas perversas.
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El Coleccionista || Jaeyong
FanfictiePrometo amarte por el resto de mi vida, quiero tu corazón, Taeyong. Quiero ser el dueño de tu existencia, por siempre. Si tu eres mío, yo seré tuyo hasta que muera. Advertencias. || Saltos en el tiempo constantes. || Todos los derechos reservados...